Ya sabemos eso de que cada jornada que pasa en el Grupo 9 de Tercera Federación es determinante para el desenlace final. En realidad son todas. Desde la primera hasta la 34, pero cuando llega el momento de la verdad es en estas cuatro últimas para jugarse las papas. Las del ascenso directo. Porque todavía hay posibilidades. Porque el Real Jaén está preparado para ello. Y porque la dinámica de los blancos está siendo espectacular desde que se sentó en el banquillo Roberto Peragón. Si el blanco anterior era de esos que se denominan roto, muy bonito también por cierto para depende qué cosas, el de ahora brilla con una luz a la que solo le falta un poco de suerte en los partidos en los que no están presentes los lagartos.
Las curiosidades de los campeonatos también subrayan cosas que alguno no podría pensar que podrían ocurrir. Es el caso del partido que el Real Jaén no juega el domingo en el Escribano Castilla de Motril. Uno de los rivales con los que los blancos las han tenido tiesas en los últimos años puede ser hasta el artífice de que el equipo jiennense de un pasito más hacia ese título que parece que se lo dieron al Torremolinos en diciembre cuando se proclamó campeón de invierno. Es como aquello de la tormenta perfecta. Los de Motril necesitan tres puntos para seguir con vida respecto a la cabalgada que se están pegando para alcanzar el quinto puesto, ahora en manos del Torre del Mar. Hay doce puntos en juego y la desventaja que tienen los motrileños es de siete, pero la semana puede dejar las cosas con otro panorama para ellos. Ganar es casi su única opción y ahí empuja todos los aficionados blancos.
Eso será el domingo y una vez que La Victoria haya cerrado el Real Jaén-Poli Almería hoy. Y es que para mirar el párrafo anterior y releerlo, es necesario también que en la capital jiennense se celebre un triunfo ante un equipo por el que pasó Roberto Peragón como jugador. Pero eso del corazoncito va a ser que está olvidado porque el técnico madrileño solo piensa en mantener esa dinámica que ha llevado a su equipo hasta donde está ahora mismo. Y es que desde que sentó en el banquillo solo hay que reprocharle a Pedro Corral que se sacara aquel chupinazo en La Juventud que evita que los blancos estén a día de hoy a cuatro puntos del Torremolinos.
En la era Peragón se cuentan todos los partidos por victorias menos el de La Juventud. Y en la era Peragón también se chupan los dedos muchos de los que ahora ya si bajan a La Victoria. Los fieles siguen de cerca cada drama, éxito y dudas. Son de esa pasta especial que los impregna de manera excepcional. Los que faltan por reengancharse de nuevo a este proyecto, vuelven a tener el convencimiento de que este Real Jaén dista mucho del de la etapa en el banquillo del anterior entrenador. Quizás con el actual al mando las cosas tendrían otro color, pero eso es jugar con ventaja y la realidad dice que hay lo que hay.
El caso es que si hay alguien a quien no se le pase por la cabeza todas las opciones durante esta semana para llegar el domingo 5 de mayo al Real Jaén-Torremolinos con la sensación de que ahí se va a jugar la Liga, seguro que miente. El año pasado ocurrió al revés. El equipo blanco lideró la tabla y a última hora le robaron la cartera en Marbella. Ahora puede ocurrir lo mismo y fíjense en un detalle curioso. El técnico no ofrece ya ni las posibles ausencias de los suyos para que el rival no esté preparado para eso. Síntoma inequívoco de que apurar estos cartuchos por si al play off se le saluda desde lo más alto en el jornada 34 en El Ejido.
