El PSOE insiste en que el liderazgo creciente de la vicepresidenta Yolanda Díaz no es una amenaza para los socialistas, que con Pedro Sánchez a la cabeza representan un perfil más moderado respecto a sus socios de Unidas Podemos, mientras miran de reojo al centro para evitar fugas de electores al PP.
Las desavenencias entre el PSOE y Unidas Podemos a cuenta de la reforma laboral y la retirada del escaño al diputado de la formación morada Alberto Rodríguez han abierto una nueva crisis en el seno del Gobierno de coalición y han demostrado una vez más que en el Ejecutivo hay dos e incluso hasta tres almas distintas.
La tercera es la de la presidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, a la que Pablo Iglesias designó como sucesora cuando abandonó el Gobierno y que se ha convertido en una de las grandes esperanzas para conseguir unidad en el bloque situado a la izquierda del PSOE.
Una esperanza que ha ido a más después de que la propia Yolanda Díaz, que no está afiliada a Podemos ni a IU, manifestara su intención de construir una nueva plataforma con los partidos, colectivos y agentes sociales más pegados a la ciudadanía.
En el PSOE niegan que Yolanda Díaz suponga una amenaza a la hora de captar el voto socialista y recalcan que es una ministra que está haciendo un "magnífico trabajo".
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ve con buenos ojos la posibilidad de que la vicepresidenta segunda lidere un nuevo espacio de izquierdas que trascienda a Unidas Podemos y abra la puerta a más actores.
"Creo que sería importante que se diera ese proceso de unión en ese espacio a la izquierda del PSOE porque al final el sistema electoral en nuestro país penaliza la división", dijo en una entrevista el pasado 18 de octubre, antes de la nueva crisis de Gobierno y justo después del Congreso Federal del PSOE en Valencia.
Este congreso evidenció un nuevo perfil más conciliador y moderado de Pedro Sánchez, que se reivindicó como heredero de las políticas de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y como abanderado de la socialdemocracia en contraste con el anterior cónclave, en 2017, celebrado bajo el lema 'Somos la izquierda'.
En este tiempo, el PSOE ha pasado de ser rival electoral de Unidas Podemos a gobernar con ellos en coalición.
Y aunque volverán a ser contrincantes en las próximas citas electorales, previstas a partir de 2022, por el momento los socialistas prefieren centrarse en su actual condición de socios.
"Somos dos formaciones distintas pero un solo Gobierno", recalcan.
De hecho, mientras Unidas Podemos no ha tenido reparos en airear públicamente sus diferencias con el PSOE en la actual crisis de Gobierno y la propia Yolanda Díaz llegó a admitir que el momento era "delicado", los socialistas han repetido como un mantra que el Ejecutivo es "sólido", restando importancia a las discrepancias.
No dudan en que lograrán terminar la legislatura junto a Unidas Podemos.
El propio Sánchez insistió el jueves en este propósito y rechazó cualquier tipo de comparación con la situación en Portugal, que se aboca a un adelanto electoral después de que el primer ministro socialista, António Costa, no pudiera sacar adelante los presupuestos por falta de apoyo de la izquierda.
En el caso de España y salvo sorpresas las elecciones generales están fijadas dentro de dos años, en 2023, un tiempo en el que el PSOE confía en mejorar los resultados de las encuestas que ahora pronostican una pérdida importante de escaños para los socialistas, en torno a veinte menos.
La mayoría dan como ganador al PP, que sube en número de diputados a costa de la bajada que sufren el PSOE, Vox y Ciudadanos, además de Unidas Podemos.
En cambio, la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) elaborada entre el 1 y el 13 de octubre sitúa en primer lugar al PSOE, con una estimación de voto del 28,5 ciento frente al 22,1 por ciento del PP, aunque recoge una pérdida de apoyos en el lado de los socialistas, con los populares recortando distancias.
Además, esta misma encuesta refleja en la intención de voto directo que un 3,1 % de los que optaron por el PSOE en las elecciones generales de 2019 votarían ahora al PP, un 2,5 % a Unidas Podemos y un 1,4 % a Más País.
Ante la posibilidad de que el PP capte voto de los socialistas, y con Ciudadanos en caída libre, el PSOE se juega buena parte de votos en el centro.
Por eso, aunque la plataforma que está impulsando Yolanda Díaz acabe siendo un rival electoral para el PSOE, los votos que puedan llegar a perder los socialistas a costa de esta iniciativa no son tan preocupantes, ya que los dos bloques de la izquierda acabarían sumando.
El verdadero enemigo del PSOE es el PP, que podría arrebatar el Gobierno a Pedro Sánchez uniendo sus escaños a los de Vox.
La subida de los precios de la luz, el apoyo de Bildu al Ejecutivo de Pedro Sánchez o las negociaciones con el Gobierno de Cataluña son algunos de los temas polémicos que la derecha lleva tiempo denunciando para tratar de restar apoyos a la izquierda en el siempre disputado caladero del centro.
España
El PSOE mira de reojo al centro ante el creciente liderazgo de Yolanda Díaz
El PSOE insiste en que el liderazgo creciente de la vicepresidenta Yolanda Díaz no es una amenaza para los socialistas
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