El Tribunal Constitucional avala que se puede acordar el pago de una deuda con sexo oral según informaciones del medio Última Hora.
Para el alto tribunal «no tiene importancia constitucional suficiente» y por ese motivo ha decidido archivar el caso. Por lo que a partir de ahora, dos personas adultas podrán satisfacer las deudas contraídas entre ambas partes «en especies», mediante felaciones o cualquier relación sexual.
En palabras del medio, la Audiencia de Palma entendió en su día que saldar una deuda contraída de forma voluntaria con felaciones mientras liquidara el préstamo pendiente no es constitutivo de delito. La Sección 2 de la Audiencia de Palma, presidida por Diego Gómez-Reino, acordó desestimar el recurso de apelación interpuesto por la víctima descartando a su vez la existencia de un delito continuado de coacciones. Todo ello, en contra de la petición del ministerio fiscal y del propio juez instructor.
La historia comenzó en 2019 cuando una mujer, debido a problemas económicos importantes, decidió pedir ayuda a su excuñado, con el que, tras establecer las condiciones de la deuda, ingresó 15.000 euros en la cuenta de la mujer.
Según la excuñada, no se establecieron plazos de entrega ni se estipuló ninguna cantidad de dinero, es decir, podía ir devolviéndolo como pudiera. a los pocos días, según dicta la denuncia, el hombre le comunicó que debido al favor, ella tenía que hacerle dos o tres ‘biberones’ (felaciones) por semana, como informa el medio. Hasta en cinco ocasiones llegaron a verse, entablando una conversación y finalizando la cita con sexo oral.
La mujer explicó que en todo momento se sintió muy amenazada por su excuñado con frases como: «Si me haces lo que me gusta, no tienes ni puta idea de lo contenta que estarás de mí. Porque yo soy muy radical. Yo tanto puedo ser agresivo como vengativo. ¿Eres consciente de lo que te acabo de decir? No tengo muchas piedades el día que me pongo en plan de combate. No lo debes poner en duda». Y para acabar con una frase lapidante: «Mientras dure la deuda conmigo me harás de xiribeva (puta)». Días atrás, la mujer, muy presionada, decidió contar los hechos a su madre y a un amigo. Cuando el excuñado se enteró que lo había contado, muy envalentonado le dijo a la mujer que en su próxima cita llevase el móvil con mucha carga de batería, para grabar todo lo que tenía que decir y lo escucharan esas paparres.
A partir de ahí, como afirma la denuncia, el acoso fue continuo, con llamadas y mensajes amenazantes (presentados en la denuncia ante la Policía Nacional). El 3 de enero, la denunciante recibió una carta certificada en la que se le vejaba. También mantenía una advertencia, «o cumples o te denunciaré». Los abogados de la víctima solicitaban la incoación de un delito de abusos sexuales.
El juez instructor lo quería dejar en coacciones graves y la Fiscalía en coacciones leves. Al final, la Audiencia lo ha desestimado.