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En román paladino

El guirigay

La rectificación abriría la puerta a la imposibilidad de mantener el sistema del voto telemático

Publicado: 08/02/2022 ·
11:30
· Actualizado: 08/02/2022 · 11:30
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  • Alberto Casero, diputado nacional del PP por la provincia de Cáceres. -
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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Como lo mejor es enemigo de lo bueno, los grupos que  apoyan al gobierno adoptaron -en claro plan maximalista- la decisión  de que había que conseguir con  la reforma laboral sus objetivos como grupos  políticos  para su propia clientela. Tenían que sobrepasar  el acuerdo entre UGT y CCOO y CEOE y CEPYME. Era una apuesta política arriesgada, y -aunque legítima-  era todo un  desafío, porque implicaba romper el acuerdo tan duramente negociado. El gobierno tenía otro objetivo. Darle al Congreso el papel  de ratificación del acuerdo logrado entre los agentes sociales. y dejar impoluto -hasta la última coma- el consenso entre las partes.  Las dos posturas tienen pros y contras. El Congreso tiene la exclusividad de la labor legislativa, con el Senado. Por contra, la concertación social se basa en la búsqueda de un difícil equilibrio entre opciones   diferenciadas, pero con el compromiso histórico de dar cumplimiento a una demanda social largamente esperada: Lograr una reforma laboral consensuada.

El enredo ha tenido mucho recorrido.Los sucesivos gritos de victoria y fracaso de los distintos grupos parlamentarios  que  algunos los  han comparado con lo narrado con meticulosidad en la obra  de Javier Cercas -mutatis mutandis, porque no era el golpe de Estado de Tejero- “Anatomía de un instante”.

El guirigay político, absolutamente desmesurado, tendrá poco recorrido: Hasta la celebración de las elecciones de Castilla y León. El diputado erró y la rectificación abriría la puerta a la imposibilidad de mantener el sistema del voto telemático. Había votado y confirmado el voto. El  recorrido jurídico será más largo -los tiempos de la justicia-  pero no es de esperar pronunciamientos contrarios por la cantidad  de equivocaciones del diputado Casero, nada  atento a sus obligaciones.


El PP tenía la oportunidad de rectificar una norma que sacó  sólo con  sus votos en 2012 y los  de izquierda y  nacionalistas  podían plantear sus demandas en normas  laborales sucesivas. Nada de esto pasó y entre los dos navarros que desoyeron a su partido  -no existe mandato imperativo - crearon una conspiración con el PP y Vox para hacer una oportuna  tumba al gobierno. El bloque de apoyo al gobierno quedó estupefacto y Casero salvó la segura debacle.

La racionalidad práctica quedó para  nunca jamás.  Ya saben que  el filósofo Popper defiende que es preferible luchar  por lo mejor  posible que por lo óptimo imposible.

 

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