La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, defiende el voto de su partido en la reforma laboral porque venía avalada por sindicatos y patronal y se evitaba así que pudiera empeorar la norma, un respaldo que no cambia en nada su estrategia en esta segunda parte de la legislatura: "somos coherentes, pero deseamos que este gobierno acabe cuanto antes".
Cs no se ha apartado ni un milímetro de su camino, asegura Arrimadas en una entrevista con Efe y, por tanto, como han hecho en otras ocasiones, votarán a favor de cualquier iniciativa que consideren positiva para los españoles, como hicieron por ejemplo con el estado de alarma o la eutanasia aunque quieren "que este gobierno Frankenstein deje el poder cuando antes".
Pero mientras llega ese día, dice, con sus nueve diputados intentarán "que hagan el menor daño posible a España" y tratarán de sacar de la ecuación a los separatistas y evitar que "metan sus zarpas".
Lo que no entiende, afirma Arrimadas señalando al PP, es cómo son capaces de negociar con Pedro Sánchez y Podemos el reparto del Tribunal Constitucional, metiendo por primera vez a un juez del partido morado -argumenta- o del Tribunal de Cuentas, del que han sacado a las personas que perseguían el procés, "y viene una reforma laboral que tiene hasta el aval de FAES y dicen que no la apoyan porque es de Sánchez".
Sobre el futuro incierto al que se enfrenta Ciudadanos después de encadenar dos años aciagos, empezando por el desastre electoral de noviembre de 2019, y la pérdida de tres gobiernos autonómicos de los cuatro que pactó con el PP -solo le queda Andalucía-, Arrimadas afirma haber aprendido una lección: "los partidos liberales, con menos escaños, podemos ser más decisivos que otros partidos".
Y otra lección que ha aprendido, subraya, es que no van a entregar todo el poder al partido con el que negocien un gobierno autonómico o municipal, como hicieron con el PP en 2019 al cederles las cuatro presidencias autonómicas y las alcaldías de las principales ciudades que pactaron: "ya estamos viendo como las utilizan. Eso no nos va a volver a pasar".
Arrimadas evita vincular el futuro de su partido con lo que ocurra el domingo en Castilla y León insistiendo en que la atención está puesta ahora en el PP y que la "jugada absurda" de Pablo Casado le va a salir mal porque van a estar muy lejos de la mayoría absoluta.
La siguiente cita electoral a la que se enfrentará Cs este año son las andaluzas, aún sin fecha, y la líder naranja espera que se agote la legislatura pese a que "Vox y PSOE han hecho una pinza un poco extraña para boicotear al gobierno del cambio" desde el principio.
Un gobierno -dice- del que se siente muy orgullosa y que confía en repetir, subrayando que "el mejor escenario es una reedición del Gobierno" con Juanma Moreno.
"Hay que garantizar que el Gobierno siga y que Cs continúe siendo una pieza fundamental", responde Arrimadas descartando una coalición con el PP como ha defendido el consejero andaluz de Educación y Deporte, Javier Imbroda, de su mismo partido.
No lo contempla porque, según explica, el candidato naranja a las elecciones en Castilla y León, Francisco Igea, planteó listas conjuntas con el PP "precisamente para garantizar esa estabilidad y la respuesta de Casado y Mañueco fue convocar elecciones a las 48 horas".
Pese a que fueron una elecciones convocadas "a traición", Arrimadas no quiere entrar en ese juego y asegura que Cs en un socio leal porque ellos "no hacen esas cosas que hacen Sánchez y Casado", aunque la relación entre ambos no es la que era, según apuntan fuentes de la formación.
Volviendo a la actualidad parlamentaria y sobre la controvertida cuestión de investigar la pederastia en la Iglesia, Arrimadas es favorable a aclarar todos los abusos sexuales de menores "porque hay que poner el foco no en quien los ha cometido sino en las víctimas" y ve necesario investigar también los abusos de las menores tuteladas en Madrid o en Baleares.
Cs ha apoyado la comisión de investigación sobre la pederastia en la Iglesia, que han pedido Podemos, ERC y Bildu, y estudiarán la propuesta del PSOE para que se encargue el Defensor del Pueblo, pero insiste en que hay que llegar hasta el fondo de todos los abusos.
"Menos lecciones de moralidad de aquellos partidos que cuando gobiernan ellos son capaces de tapar los abusos a menores", subraya.
De otras iniciativas legislativas, advierte de que no respaldarán la ley de Vivienda porque es una legislación "intervencionista" que no aceptan y tampoco ven margen de negociación en la ley de Memoria Democrática al señalar que es un texto que profundiza "en la memoria selectiva y quiere imponer una amnesia colectiva sobre las víctimas de ETA"
"No la vamos a apoyar ni locos", asegura.