El Instituto de Astrofísica de Andalucía, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAA-CSIC), ha encabezado un trabajo que revela la forma casi circular de Sagitario A (Sgr A), el agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea.
La forma indica que el eje de rotación del flujo de materia que rodea al agujero negro (o un posible chorro) puede estar apuntando hacia la Tierra, según ha detallado el IAA-CSIC en una nota de prensa este martes.
"Sabemos que la mayoría de las galaxias alberga un agujero negro supermasivo en su centro, y que estos objetos pueden influir tanto en su entorno más próximo como en la evolución de las galaxias. Y la nuestra, la Vía Láctea, no es una excepción: en sus regiones centrales, a 26.000 años luz de la Tierra, se halla Sgr A", han indicado los científicos.
Se trata del agujero negro supermasivo más cercano a la Tierra, y constituye el candidato idóneo para estudiar qué ocurre en las proximidades de estos objetos. El estudio publicado este martes revela que su estructura intrínseca es casi circular.
En 2020, el Premio Nobel de Física se otorgó a los estudios de Sgr A, que han demostrado que el objeto compacto en el centro de nuestra galaxia es un agujero negro supermasivo.
Sin embargo, Sgr A también muestra propiedades diferentes con respecto a otros agujeros negros supermasivos. Por ejemplo, su emisión es muy débil y su capacidad para convertir materia en energía es hasta cientos de veces menor que en otros agujeros negros más masivos.
Y aún no hay pruebas claras de que tenga un chorro, o un flujo de material que emerge de ambos polos a altísima velocidad, como ocurre en las galaxias activas más brillantes.
"Existe un largo debate sobre el origen de la energía que observamos en Sgr A: algunos estudios apuntan que su emisión dominante en radio se debe al flujo de acreción, mientras que otros indican que procede de un chorro", ha señalado Ilje Cho, investigador del IAA-CSIC, que encabeza el trabajo.
Pero el estudio de Sgr A, a pesar de su cercanía, no resulta fácil: el Sistema Solar se halla en el plano de la Vía Láctea, y en esa dirección hay grandes cantidades de gas y polvo.
El polvo limita las observaciones a ondas de radio, infrarrojo y rayos X, capaces de atravesarlo, pero aun así sufren la dispersión producida por las nubes de gas.
Para resolver la estructura fina de Sgr A el equipo científico empleó la técnica VLBI, que consiste en la utilización sincronizada de numerosos radiotelescopios separados geográficamente, de manera que se crea un telescopio virtual del tamaño de la distancia entre los telescopios. Además, para corregir la dispersión aplicaron un modelo basado en observaciones históricas con la Red VLBI de Asia Oriental (EAVN).
La EAVN consta de 21 radiotelescopios: seis en China, once en Japón y cuatro en Corea. Para este estudio se han empleado diez y ocho de ellos para observar en longitudes de onda de 1,3 centímetros y siete milímetros respectivamente.
Las observaciones se llevaron a cabo en abril de 2017, como parte del programa del Grupo de Trabajo Científico sobre Núcleos Galácticos Activos del consorcio EAVN. Además, forman parte de la campaña en varias longitudes de onda del Telescopio del Horizonte de Sucesos, que produjo la primera imagen de un agujero negro, el de la galaxia M87.