¿Quién estaba detrás de las predicciones meteorológicas, sobre todo las del Lunes y Martes Santo, de esta Semana Santa? ¿Quién se encargaba de analizar los datos de las isobaras, los vientos y todo lo necesario para predecir lo más difícil de predecir por muchos satélites que haya y sobre todo en esta tierra de vientos que lo cambian todo en un par de horas?
Pues nada más y nada menos que un piloto de la Marina española, concretamente un piloto de aviones Harrier llamado Mario Belizón Melero que estaba en permanente contacto con el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Manuel A. García López y éste con los hermanos mayores de las hermandades que procesionaban en los días más complicados y cuya malas predicciones se venían haciendo desde semanas antes.
Aclara en el programa Isla Pasión que no es meteorólogo, pero doce años en el aire dan para mucho y sobre todo para interpretar algo que para un piloto es fundamental, conocer las condiciones de la atmósfera.
Él fue dando a conocer las posibilidades que había de que las hermandades del Lunes Santo pudieran salir aunque retrasando la salida hasta que al final y con buen criterio se decidió dejarlas a las tres en sus templos y él fue quien anunció que el Martes Santo podía llover a partir de las doce de la noche, lo que hizo que las hermandades adelantan en paso hacia sus templos. Finalmente llovió un poco antes, pero al tercer día ya pudo descansar porque el sol y el calor fueron las notas dominantes de los partes meteorológicos.