La Guardia Civil ha detenido a 26 personas, e investiga a otras once, por integrar una organización criminal dedicada al tráfico de drogas en Jaén, Granada, Málaga y Murcia.
En total, en la provincia de Jaén, en la zona de Sierra Mágina, han sido desactivados seis puntos de venta de cocaína, marihuana y hachís al menudeo, seis en la de Granada, y otros cinco en Murcia.
En la operación han sido realizados 22 registros domiciliarios en las provincias de Jaén, Granada, Málaga y Murcia, con la participación de numerosas unidades de intervención y grupos especializados de la Guardia Civil.
En total se han intervenido 1.200 gramos de cocaína, 600 gramos de sustancia de corte aproximadamente, más de 1.200 plantas de marihuana en diversos estados de crecimiento, 1 kilogramo de esta sustancia en cogollos, pequeñas cantidades de hachís, 175.000 euros en efectivo, seis vehículos de alta gama, una motocicleta y numerosos terminales de telefonía móvil que están siendo investigados.
Además de los efectos intervenidos han sido detenidos siete hombres y una mujer en Cabra del Santo Cristo (Jaén), un hombre y una mujer en Torre Cardela (Granada), dos hombres en Granada, un hombre en Villanueva de las Torres (Granada), un hombre en Dehesas de Guadix (Granada), dos hombres en Fuente Vaqueros (Granada), seis hombres y dos mujeres en Águilas (Murcia), un hombre en Málaga y otro en Almería.
En las misma operación están siendo investigadas cinco mujeres y cuatro hombres en Jaén, un hombre en Águilas y otro en Málaga.
La operación dio comienzo tras una denuncia del propietario de una vivienda ubicada en la localidad de Cabra del Santo Cristo (Jaén), en la que ponía en conocimiento de la Guardia Civil, que la persona que ocupaba la vivienda de su propiedad, presumiblemente se estaba dedicando a la venta de estupefacientes, convirtiéndose el domicilio en un punto de venta de droga muy activo en la comarca.
Tras casi un año de investigación, la Guardia Civil, ha podido ir determinando, el rol específico que tenía cada uno de los detenidos e investigados en la organización.
Según la Guardia Civil, un hecho que dificultó el desarrollo de la operación fue identificar a la persona que controlaba la banda, hasta determinar que presuntamente era un interno de la cárcel de Albocácer (Castellón), el cual dirigía las actividades de distribución de cocaína y era el eslabón intermedio entre los principales proveedores de Málaga, con el resto de clientes.