El libro ‘Mujer descalza frente al mar’, de Ediciones en Huida, de Antonio Castaño, será presentado este jueves día 13 de octubre, a las 19.00 horas, en el Centro del Vino y la Sal; pero su versión escénica, producida por la compañía sevillana La Tarasca, con la bailarina Lucía Bocanegra espectacularmente en escena, podrá contemplarse al día siguiente, es decir, el viernes 14, a las 20.30 horas en el Teatro Moderno.
Antonio Castaño, nacido en Puerto Real en 1964 y residente en Chiclana, acumula una larga experiencia como reportero, dramaturgo, director de escena y autor. Su libro ‘Mujer descalza frente al mar’, publicado por Ediciones Huida en 2017 con una ilustración de su recordado amigo, el dramaturgo colombiano Enrique Buenaventura, “es un imaginario poético que utiliza el teatro, las artes visuales o el grafiti para contar una historia sobre el tiempo y la memoria que transcurre entre dos orillas, la atlántica y la caribeña, los mismos lugares que ha vivido y ensoñado su autor”.
Castaño, que hace unos meses sorprendía en el Gran Teatro Falla, junto a Javier Osuna, por su montaje sobre el concurso flamenco de Cádiz de 1922, con un elenco artístico que incluía las figuras señeras de David Palomar y Jesús Méndez, arrastra también una larga bibliografía, con títulos poéticos como ‘El jardín de mis cenizas; Omnia’; ‘El mar de las Saetas’; ‘Han muerto todos los poetas y yo con ellos’; ‘Ant¡OH!ogía Prenatura’.
A caballo entre sus dos patrias, Andalucía y América, ‘Mujer descalza frente al mar’ forma parte de su poesía dramática, un apartado que también incluye títulos como Llenando el vaso de las horas. Somos díptico humano. La Memoria que encontré en una semilla de Tamarindo y Casa del Oidor (ambos inéditos) Antología de teatro de La Guajira, junto a Carmiña Martínez, Editorial Orígenes. Artista polifacético, ha sido también reportero, ha incurrido en la performance, en la danza, la instalación, el cine o las artes visuales.
La versión escénica de este texto, que La Tarasca y Lucía Bocanegra han llevado a escena, parte de ese imaginario poético pero es danza, teatro, artes visuales, un espectáculo transversal, intimista y bello. “A través del lenguaje coreográfico, un sugerente paisaje audiovisual, nos sumergiremos en un mar de deseos y anhelos, asimilando el espíritu de una mujer que se siente sirena, a la que sus zapatos les resultan tan dolorosos como el destino al que pretende enfrentarse. Una mujer que se adentra en el bravo mar soñando desconocidos puertos. Un viaje en que de una u otra manera todos emprendemos, pues esa mujer somos todas y todos los que, de alguna forma, nos afanamos en dar sentido a la existencia, una historia sobre el tiempo y la memoria que ocurre entre las dos orillas atlánticas”.
Lucía Bocanegra se sumerge en un mar de sensaciones, emociones y misterio. Si el teatro se pudiera asimilar a un relato en prosa, la danza se podría igualar a la poesía. Es lo que se pretende con esta visión del libreto de Antonio Castaño. Nos adentraremos en este viaje cósmico en el que nos hemos sumergido guiados por signos, desentrañando códigos que, como la bóveda del cielo estrellado para los nautas míticos, nos muestra el derrotero hacia una Ítaca utópica y quizá inalcanzable. Un viaje que se nos antoja infinito, pero en la misma medida, emocionante y placentero”, defiende La Tarasca.
Con la dirección técnica de Pablo Gozálbes y la producción de Carmen Montes, la dramaturgia es obra de Lucía –que firma la coreografía-- y de Ramón Bocanegra, director de esta propuesta sobre el texto de Antonio Castaño.