Una troika integrada por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y los ministros de Fomento, José Blanco, e Industria, Miguel Sebastián, va a encargarse durante los próximos dos meses de buscar el acuerdo con las fuerzas políticas para tratar de cerrar un consenso sobre las principales medidas para encarar la crisis.
La idea, lanzada por Rodríguez Zapatero en su comparecencia ante el pleno sobre política económica, fue acogida con escaso o nulo entusiasmo por su principal destinatario, Mariano Rajoy, y algo mejor por los demás portavoces, que no obstante mostraron dudas.
Pero Rajoy, el primero en responder al presidente, se afanó en atacar a Zapatero por varios flancos, sobre todo el de su credibilidad, utilizando como munición los cuatro millones de parados, el aumento del déficit e incluso el optimismo del jefe del Ejecutivo, que hoy también ha aventurado el fin de la recesión.
“No es que ahora le miren en Europa con malos ojos, es que ahora le conocen”, añadiendo que “ha podido gobernar como ha querido y es usted por tanto el único responsable de la actual situación”, dijo el líder del PP, Mariano Rajoy.