La fiscal del caso, Andrea Rocha, explicó a Efe que, por ahora, no conocen la existencia de víctimas que hagan presumir que el sacerdote también cometió abusos sexuales en Chile, y señaló que tampoco tiene constancia de que España haya solicitado formalmente la extradición del sacerdote.
“El delito que se le imputa en Chile es el de almacenamiento de material pornográfico infantil”, explicó la fiscal, quien precisó que la pena que contempla la legislación chilena va de 541 días a tres años de prisión.
En tanto, el subprefecto Jaime Jara, jefe de la brigada de delitos sexuales de la Policía de Investigaciones chilena (PDI), declaró a Efe que tras la detención el religioso les entregó una gran cantidad de discos compactos y fotografías de los supuestos abusos.
Arregui, profesor de 53 años en algunos centros de la Comunidad de San Viator en España, instaló una cámara oculta en las dependencias de un colegio madrileño para registrar los abusos sexuales, según la fuente policial.
El subprefecto dijo que la policía chilena utiliza “constantemente” herramientas informáticas para controlar la información que los usuarios se descargan de la red.
De este modo se percataron de que alguien descargaba pornografía infantil desde el Liceo Politécnico El Señor, en el municipio de Renca, al norte de Santiago.
En el ordenador de la residencia los detectives de la PDI descubrieron una carpeta con el nombre del detenido, en la que originalmente estaba el material pornográfico, que había sido borrado, aunque posteriormente él mismo lo entregó.
El subprefecto precisó a la agencia Efe que la Policía española ya ha identificado a alrededor de una decena de los menores víctimas de los abusos.