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Días de barrunto

Un marzo muy especial

Viene acompañado de efemérides importantes, como la celebración del día de la mujer, el del padre o el de la poesía... y la pesca del atún

Publicado: 13/03/2023 ·
11:44
· Actualizado: 13/03/2023 · 11:44
  • Imagen de Barbate. -
Autor

José Manuel Infante Gómez

Columnista mitad barbateño mitad madrileño. Redactor en web deportiva trescuatrotres.com

Días de barrunto

En palabras de su autor: "Intento decir lo que pienso pensando siempre lo que digo"

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Todavía hoy conservo esa manía de no leer ni hacer nada hasta que no comience el viaje. Bajé la bandeja del asiento que tenía delante para colocar el periódico y la libreta donde escribir algunas anotaciones. Esperé con paciencia el primer movimiento del tren y empecé a chequear el diario. Pero mi cabeza no estaba preparada para procesar ningún dato, ya que, por su cuenta, estaba haciendo un simulacro de lo que pasaría al llegar a mi destino, situado a 700 kilómetros de distancia.

Al parar por primera vez, en Córdoba, los gusanillos productores del cosquilleo propio de la emoción al aproximarme al corazón de la tierra andaluza comenzaron a hacer su trabajo. Con la segunda parada, en Sevilla, ese cosquilleo ya no pararía de crecer. Cuando la locomotora se detuvo en Jerez, levanté el pulgar de la mano derecha, en un gesto que ya repito cada vez que traspaso la frontera de Sevilla para empezar a respirar el inigualable oxígeno, propio de mis amadas tierras gaditanas. Para entonces, los gusanos ya se habían convertido en mariposas que revoloteaban sin control por mi estómago.

La penúltima estación fue la del Puerto de Santa María. Solo duró unos minutos, aunque se hicieron eternos. Estuve ese tiempo moviendo de manera compulsiva la pierna derecha, quizá en un virtual intento de pisar un acelerador imaginario que pusiera en marcha la máquina para llegar cuanto antes a mi estación de destino, la isla de San Fernando.

La llegada propició el anhelado reencuentro con familiares y amigos; un reencuentro cargado de emotividad después de un año de ausencia, a causa de una grave enfermedad que estuvo a punto de acabar con mis viajes para siempre. La alegría de ese regreso tan esperado me armó de valor para desafiar al invierno, que ya daba sus últimos coletazos. No me importó la frialdad de las aguas del Atlántico y me atreví a zambullirme en ellas. Era lo menos que podía hacer para agradecer a la playa del Carmen todos los buenos momentos que me había regalado.

El mes de marzo fue, es y será siempre uno de mis favoritos. Viene acompañado, además, de efemérides importantes, como la celebración del día de la mujer, el del padre o el de la poesía. También se ultiman los preparativos para la pesca de nuestro manjar por excelencia, el preciado y sabroso atún. Pero el mayor argumento que trae marzo es, sin duda alguna, la llegada de la ansiada primavera, ya que esa despedida al frío para recibir al buen tiempo es, para muchos, el acontecimiento más esperado del año.

Por lo tanto, este mes, para mí, siempre será bien recibido. Pero aquel mes de marzo de 2014 entró para siempre en mi corazón como el más entrañable de mi vida.

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