La balsa de piedra

Saramago, recién fallecido, fantaseó en una ocasión con la necesaria unión y complementariedad del pueblo español y portugués en una fábula convertida en novela y titulada La balsa de piedra. La historia arrancaba con un original punto de partida: una grieta abierta a lo largo de los Pirineos provoca la separación física de la península ibérica, que se aleja de Europa flotando en el Atlántico fortaleciendo la relación entre españoles y portugueses. De hecho, el objetivo de Saramago era un llamamiento a los pueblos de la Península en favor del entendimiento mutuo “frente a las presiones de la cultura europea, que no es sino la cultura de los tres países dominantes, Francia, Alemania e Inglaterra”. Hoy, sin embargo, el fútbol vuelve a demostrar que no hay cabida al entendimiento mutuo, por muchas raíces que hayamos engendrado juntos, al menos dentro de un terreno de juego, aunque tal vez les honre el hecho de que si se enfrentan es para superar a esos mismos países dominantes.