El terremoto, de magnitud 6,8 en la escala abierta de Richter, que sacudió este pasado viernes Marruecos afectó principalmente a la región de Marrakech pero en Casablanca, a 250 kilómetros más al norte, también se estremeció la tierra. Lo cuenta el jiennense Gabriel Fernandez, que reside junto a su mujer en la ciudad más grande del país marroquí.
“Eran las 11 y poco de la noche, casi me disponía a dormir, cuando todo empezó a temblar. Fue tremendo y brutal. Se notó muchísimo y fue largo, alrededor de un minuto. Se movieron todos los muebles del piso, que es un quinto, y yo me puse bajo el quicio de una puerta mientras mi mujer quería salir inmediatamente”, narra Gabriel, que trabaja además como administrativo en el Consulado Español en Marruecos.
La escena que se encontraron al llegar a la calle ya hablaba de la gravedad de lo que acababa de suceder. “Todo el mundo estaba en las rotondas y en los espacios más abiertos. En el centro de Casablanca no ha habido daños estructurales pero sí en barrios limítrofes que tienen viviendas antiguas”, aclara Gabriel desde Casablanca para VIVA Jaén. A pesar de que los daños allí han sido menores, se contabilizan tres personas muertas por el terremoto. Unas muertes que se suman a la lista de más de 2.100 producidas en todo el país. “Principalmente en la zona de Marrakech. Hay pueblos que han quedado totalmente devastados”, añade este administrativo natural de Escañuela y que ha pasado la mayor parte de su vida en Jaén capital.
Y del susto al trabajo pues son muchos los ciudadanos españoles que residen en Marruecos o se encontraban en el país haciendo turismo. “El cónsul activó una especie de estado de alarma para nosotros y se estableció un pequeño gabinete de crisis para organizar cómo íbamos a actuar. Nos pusimos a atender por vía telefónica a los españoles. Por suerte todavía no tenemos noticias de que ninguno haya sido afectado de manera física pero muchos no pueden recoger sus cosas porque han cerrado los hoteles”, explica Gabriel.
“La mayoría demanda información y pregunta si continúan los aeropuertos operativos. Hay que decir que sí, que no ha habido retrasos en vuelos”, tranquiliza. Las líneas de tren también se mantienen aunque la mayoría de españoles que tratan de salir de la zona afectada se encuentran “con mucha aglomeración de gente”.
Explica que su trabajo desde el temblor ha consistido en localizar a ciudadanos españoles, ayudar a las familias que llamaban desde la Península sin poder contactar con sus familiares e incluso llamar a los hospitales para asegurarse de que no había ningún ciudadano español herido. No cuentan con cifras exactas todavía pero estiman que son entre 2.000 y 3.000 los españoles afectados en alguna manera por el terremoto.