La muerte en directo

Nos puede el morbo, sobre todo cuando se adentra en el territorio de la muerte, y más aún si los medios de comunicación nos acercan a la vivencia inmediata y real de esa misma muerte. Los datos así lo constatan: la muerte en directo, por TVE, del joven piloto japonés Shonya Tomizawa en el Gran Premio de San Marino fue el momento más visto de la televisión de todo el fin de semana. Incluso la emisión en diferido del terrible accidente mantuvo los mismos índices de audiencia. En 1980, antes de que existiesen los reality tipo gran hermano y demás sucedáneos, el director francés Bertrand Tavernier se adelantó a los acontecimientos con una película en la que una cámara seguía día a día la vida de una mujer que estaba a punto de morir. Sin embargo, el cámara, en un acto de rebeldía, se negaba al final a mostrar el momento decisivo, ése que alienta nuestra predisposición hacia el mal ajeno y nos coloca como espectadores privilegiados.