Los establecimientos hoteleros de Jerez están en camino de despedir el ejercicio con mejores números que en 2019, justo antes del inicio de la crisis sanitaria motivada por el Covid-19. Al cierre del mes de noviembre los hoteles de la ciudad contabilizaron 631.653 pernoctaciones, por encima de la cifra registrada a esas alturas del año en 2019 (626.350). Sin embargo, el número de viajeros hospedados sigue siendo ligeramente inferior, ya que mientras en esta ocasión se contabilizan 293.363, entonces se había prestado servicio a 294.792.
Según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los hoteles de Jerez registraron en noviembre 45.161 pernoctaciones, 1.915 más que en el mismo periodo del año anterior, lo que supone un incremento interanual del 4,42 por ciento. El turismo nacional aportó 30.132 alojamientos, 884 menos que en noviembre de 2022. Por el contrario, el mercado extranjero sigue recuperándose, anotándose en este caso un repunte del 22,88 por ciento, al pasar de 12.230 a 15.029 pernoctaciones.
En este penúltimo mes del año, los establecimientos hoteleros alojaron a 23.005 viajeros, 1.223 más que en noviembre de 2022. En este caso sí se observaron crecimientos interanuales tanto en el mercado nacional como en el extranjero. El primero de ellos aportó 17.192 de esos turistas, un 4 por ciento más que el año pasado; mientras que el segundo llegaron 5.813 visitantes, un 10,66 por ciento más.
La comparativa global con 2022 es positiva, registrándose incrementos del 6,35 y del 3,77 por ciento, respectivamente, en el número de viajeros y pernoctaciones.
Restan por conocer los datos del mes de diciembre, que serán buenos dado el volumen de visitantes que ha recibido la ciudad en estas últimas semanas gracias fundamentalmente al fenómeno de las zambombas, que se ha consolidado estos últimos años como uno de los atractivos turísticos más importantes del año.
En cualquier caso debe tenerse en cuenta que esta estadística que ofrece mensualmente el INE solo tiene en cuenta la actividad en los establecimientos hoteleros, no contabilizando el impacto que la llegada de visitantes tiene en complejos de apartamentos turísticos y viviendas turísticas, que es otro fenómeno que sigue creciendo año tras año.