Abdulla, de 29 años, fue considerado culpable por un jurado de conspiración para asesinar y conspiración para causar explosiones.
De la pena de cadena perpetua, Abdulla deberá cumplir al menos 32 años en la cárcel, según dispuso el juez, quien al pronunciar su dictamen tildó al acusado de “extremista religioso e intolerante”.
Otro acusado en relación al caso, el neurólogo jordano Mohammed Asha, de 28 años, fue absuelto de los mismos cargos, aunque se enfrenta a la deportación.
Al justificar la condena, el magistrado señaló que “todas las pruebas le presentan como a un hombre muy peligroso, que supone un gran riesgo de daños para el público británico en su estado mental actual”.
“Mucha gente sintió, y aún siente, una gran oposición a la invasión de Irak, como usted; en eso es sincero, y tiene razones sólidas para mantener esa opinión”, argumentó el juez.
“Pero usted nació con inteligencia –dijo–, y nació en una posición acomodada y privilegiada en Irak, y se ha formado como doctor”.
El hecho de que aún presente un peligro “significa que la única sentencia posible por los delitos imputados sea la cadena perpetua”.