Enfrentado a una virulenta insurgencia y al peor año de violencia desde que los talibán fueran derrocados en 2001, Estados Unidos pretende enviar 3.000 efectivos militares más el próximo mes de enero.
Si el presidente electo estadounidense, Barack Obama, accede a ello, este número podría aumentar hasta 20.000 efectivos más durante los próximos doce a 18 meses.
Mientras la primera brigada que llegue reforzará el despliegue al sur de Kabul, en el noreste del país, cualquier otro despliegue estadounidense será enviado probablemente al sur del país, donde las fuerzas británicas, canadienses y holandesas luchan para contener a los talibán.
La llegada de nuevas tropas “llevará a un repunte a corto plazo en la violencia”, señaló Dutton en una rueda de prensa.