Atrás quedaron jornadas enmarcadas en el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, días en los que la sociedad reclama igualdad entre mujeres y hombres. Esa igualdad también viene siendo reclamada mucho tiempo desde el mundo de las cofradías, una igualdad que poco a poco va alcanzándose en Jaén.
En la Semana Santa de Jaén son siete los pasos portados por mujeres, contando con un rol especial. Desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección, la figura de la mujer cuenta con una importancia destacada dentro de las hermandades, siendo las cofradías de la Vera Cruz, Caridad Salud, Clemencia, Nuestro Padre Jesús, Santo Sepulcro o Resucitado las que cuentan con cuadrillas de costaleras.
No ha sido fácil alcanzar esa meta, pues varios años de esfuerzo han tenido que contabilizarse para hoy gozar de esa igualdad bajo las trabajaderas. Javier Molina, hermano mayor de la Hermandad de Caridad y Salud, destaca que dan “mucha importancia a la mujer en el seno de la cofradía, hasta tal punto de ser una mujer la primera hermana mayor de nuestra hermandad. A día de hoy, seguimos dando mucha importancia a ello porque nos están demostrando que llevan muy bien un cargo de responsabilidad, y en el caso de las cuadrillas, son muy comprometidas para llevar un paso. Estamos muy contentos con ellas y el trabajo que realizan. Demuestran al mundo cofrade de Jaén que una mujer puede estar debajo de un paso o tener un cargo de responsabilidad”. En este mismo sentido, Molina espera que “dentro de unos años sigan teniendo ese protagonismo, o incluso más. Jaén puede ser referencia en este mismo sentido”.
Misma opinión comparte el capataz del Señor Resucitado, Agustín Úbeda. La imagen del Señor Resucitado es portada también por una cuadrilla de mujeres, algo de lo que se siente verdaderamente orgulloso el propio capataz. “Hoy en día, cada vez las mujeres cuentan con más responsabilidad en las cofradías. Está costando trabajo, pero ellas van a llegar donde quieran. A nivel de costaleras, cada vez se van animando más mujeres y entran en la cuadrilla con ganas de hacerlo bien y mejorar. Ellas son imparables y llegarán donde quieran, no las va a parar nadie”.
Ese sentimiento también llega desde los propios “sótanos del cielo”. Las propias mujeres costaleras se sienten orgullosas de su trabajo, compromiso y progreso bajo los pasos. Patricia Campos, costalera del Señor Resucitado, relata a VIVA Jaén su historia. “Entré en la cuadrilla en el año 2003, y la cuadrilla ya llevaba ocho años formada. Por entonces había tres turnos, más de cien costaleras. Luego con el paso de los años, aquello se fue reduciendo y vinieron años flacos, en los que tuvimos que llamar a más mujeres, no llegábamos ni a cubrir el paso. Después de estos años de dificultad, pudimos remontar, y tras la pandemia no hemos tenido que llamar para pedir ayuda. Este año hemos tenido un boom de gente nueva, y ojalá dentro de diez años sigamos así”.
Otro ejemplo de ese compromiso es el de Celia Martínez, costalera del Santísimo del Calvario, al igual que del Resucitado. Ya son nueve Viernes Santo y ocho Domingos de Resurrección los que lleva sobre sus espaldas, un recorrido importante “en el que hemos observado una evolución importante”. Celia Martínez dice a VIVA Jaén que se siente “orgullosa por ver cómo hemos crecido en este tiempo. Cada vez son más las mujeres las que se interesan por este oficio, además tenemos mucha más voz que hace una década. Se nos tiene más en cuenta y se nos respeta más, aunque soy consciente que será difícil alcanzar la igualdad real en la sociedad, pero estamos más cerca”.
Esta costalera nos explica que “cuando entré en una cuadrilla, notaba muchos comentarios machistas y se nos juzgaba más. Ahora nos sentimos más integradas y simplemente queremos ser lo que somos, costaleras, cofrades y compañeras”.
Jaén es ejemplo de igualdad en este ámbito, ya que en otros puntos no se concibe que una mujer pueda portar un paso en Semana Santa, como es el caso de Sevilla. Martínez cree que Jaén es un espejo donde mirarse, y considera que es factible ver a una mujer debajo de un paso en Sevilla dentro de diez años. “Hasta 2011 era impensable ver a una mujer de nazareno en un cortejo. A día de hoy es impensable ver a una mujer debajo de un paso allí o en ciertas cuadrillas de Jaén, pero estoy segura que lo conseguiremos, ya que es cuestión de una evolución social”.
