La Dirección General de Tráfico, a través de su Jefatura Provincial en Jaén, ha interpuesto 122 denuncias a vehículos durante la campaña de control del uso del cinturón de seguridad y de los sistemas de retención infantil (RSI).
Este dispositivo especial de vigilancia se desarrolló en las vías de la provincia entre los pasados 11 y 17 de marzo y ha permitido controlar un total de 17.674 vehículos, según ha informado este martes la Subdelegación del Gobierno.
Para ello, la Jefatura Provincial de Tráfico ha contado con la colaboración de los ayuntamientos jiennenses para el control de vehículos en las zonas urbanas de sus respectivos municipios.
De esta manera, agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, además de los policías locales que se han sumado a la campaña, han prestado especial atención al correcto uso de esto dispositivos de seguridad.
La Ley de Tráfico y Seguridad Vial ha elevado a cuatro los puntos que se pierden por no utilizar el SRI adecuado o no se hace de la manera correcta, del mismo modo que se ha hecho con el no uso del cinturón de seguridad.
Tras realizar esta campaña especial, la DGT recuerda que si llevar el cinturón puesto reduce a la mitad el riesgo de muerte en caso de accidente, en el caso de los menores, la utilización de los sistemas de retención infantil es aún más importante, ya que los datos demuestran que nueve de cada diez lesiones infantiles graves o mortales se habrían evitado si se hubieran usado los sistemas de retención obligatorios. Además, en caso de accidente, las lesiones se reducen hasta en un 75 por ciento con un uso adecuado de los mismos.
La DGT ha recordado, además, que el cinturón es imprescindible también en los asientos traseros, ya que, en caso de impacto frontal, por ejemplo, la probabilidad de que un ocupante de esos asientos golpee mortalmente a otro pasajero de delante puede ser hasta ocho veces mayor.
Sin cinturón de seguridad, a 80 kilómetros por hora, los pasajeros de atrás no tienen ninguna forma de sujetarse y son proyectados con los de delante con una fuerza equivalente al golpe de una bola de 1.200 kilos a diez kilómetros por hora, lo que podría matar o lesionar gravemente a los ocupantes de los asientos delanteros.