¿Era necesaria una victoria tan contundente ante un partido que aguantó solo media hora? ¿Era necesario llegar a ese extremo ante un equipo que vino desde Melilla con 13 jugadores? ¿Era necesario un castigo de ese calibre? Si, si y sí. No hay paliativos a una respuesta que no sea positiva. El Real Jaén no había logrado una victoria de semejante calibre ante ningún rival esta temporada y los goles, la salsa de fútbol, dan más cosas de las que se piensa. Aunque por medio esté el colista con una convocatoria que no corresponde con un equipo de categoría nacional, el Real Jaén de Roberto Peragón tenía que firmar una goleada. No por obligación, pero sí para continuar captando el nuevo modelo de pico y pala que quiere su nuevo entrenador. Además, para que esta goleada advierta a la Federación que para competir en una categoría nacional hay que cumplir con los mismos parámetros que se le exigen al resto de competidores.
Dicho sea de paso, la goleada hace que el Real Jaén se acueste como el equipo más realizador de la categoría y da un paso a asentarse en el segundo lugar, que también tiene premio al final de la temporada porque en juego está la clasificación para la Copa del Rey. Y ahí se compite con el resto de grupos de Tercera Federación.
El partido tuvo sabor a pretemporada incluso, pero el Real Jaén sabía que tenía que los deberes y con letra de molde para ir modificando la idea de juego de la etapa anterior. Y bien que puso de manifiesto en los dos primeros minutos que tenía ganas de sentirse bajo la lluvia con esa contundencia que hace que se le respete como se debe al buen juego de los blancos. Fernando volvió a citarse con el gol en el minuto 2 de partido y ahí tuvo un respiro el Real Jaén de tal calibre que cedió terreno, el balón y se aturdió casi hasta el minuto 20. Una cosa que ajustar para Roberto Peragón ante lo que viene por delante. Pero un cambio de banda de Mario Martos con Migue García volvió a activar a los jiennenses. Muñiz y Porro tomaron el mando del partido y comenzaron a adueñarse de la pelota para generar pases en diagonal y en vertical con los que los de Peragón llegaban con claridad a generar ocasiones de gol, que no situaciones de peligro. Muñiz envió un balón al larguero y poco después Fernando ponía tierra de por medio para que los blancos se sintieran más sueltos en el terreno de juego.
Las ocasiones se sucedían, los disparos llegaban y hasta el Atlético Melilla tuvo una que Javi Sánchez tuvo que neutralizar. Todo estaba perfecto menos el ritmo del partido que era por momentos muy denso o lento, pero se llegaba ante un portero que evitaba que antes del descanso se mirara al marcador para sorprenderse. Quizás por lo que estaba haciendo el Real Jaén con su rival, algo que no había sucedido en toda la temporada, o posiblemente porque el espíritu renovado de los jiennenses bajo la nueva dirección dista una galaxia de lo que se podía apreciar anteriormente.
Si la puesta en escena de la primera mitad fue contundente, la de la segunda parte fue de esas que podemos denominar antológicas. Tres goles en siete minutos, los que van desde el 48 al 55. Los firmaron Joseliyo, que sustituyó en la primera parte a Carlos Fernández por un problema en una rodilla, Mario Martos y Migue García. Eso no finiquitaba un partido en el que el rival era un muñeco en manos de los locales. Nunca antes el Melilla había encajado una goleada así esta temporada y nunca antes en este curso el Real Jaén había querido tanto el gol. De hecho, en La Victoria solo se recordaban los cuatro tantos al Málaga City y el 3-0 ante el Mancha Real de la primera vuelta. Joseliyo tuvo tiempo para firmar otros dos tantos más, pero bien pudieron ser más por las ocasiones de Montiel, Fernando o Juampe. El partido se cerró por 7-0 y parecieron pocos. Y quizás quede la sensación de que no se hizo nada, pero todo lo contrario. No se recuerda este año un partido tan cómodo, a un equipo en sintonía total pese a jugar hasta un punto por debajo de su ritmo y no se recuerda un trato con el balón como ante los melillenses. Ahora toca seguir tocándola, jugándola y marcando porque las pruebas están ya agotadas y llega el calendario más complicado con rivales que son duros pero que es ante los que hay que dar la medida. El Real Jaén la está dando porque nadie ha derribado al colista así y no se puede decir lo contrario en este aspecto que es relevante para asegurar la Copa, la segunda plaza para el play off y para advertir al Torremolinos que el Real Jaén lo mira, desde lejos, pero lo mira para tratar de cazarlo.