Voz autorizada la de Óscar Lozano. Lo vivido, lo sufrido y lo disfrutado desde que aterrizó en Jaén por el motrileño le hace tener los pies en el suelo más que nunca, pero apunta alto y con una ilusión que se percibe en el brillo de sus ojos. Es como si de su mirada brotara un único pensamiento, un objetivo que sabe cuánto cuesta lograr y que la experiencia amarga del año pasado en la primera eliminatoria del play off le ha curtido más. Pero no solo a él, a todos los que tuvieron que vivir la eliminatoria ante el Atlético Malagueño. “No se puede explicar con palabras porque las sensaciones que uno tiene dentro son de esas que te dan una seguridad en que vamos a afrontar el play off muy fuertes. Nos hemos preparado para ello y aunque teníamos la posibilidad hasta el partido de El Ejido éramos conscientes de que eso ha llegado producto del crecimiento del equipo. Estamos listos para el partido del domingo ante el Torre del Mar que me da la sensación de que no lo está pasando bien. Han cambiado de entrenador por sorpresa a una jornada del final y eso no es un buen síntoma. Nosotros estamos centrados y en muchos de los que vivimos lo del año pasado tenemos una sensación de que vamos a ascender”, apuntaba Óscar Lozano en Vivir el Deporte de 7 TV Jaén.
Mirar al pasado sirve a veces para evitar errores. Recuerdos amargos ha habido desde que llegó al Real Jaén, donde ha jugado muchos partidos infiltrado para pelear por la salvación. Pero todo eso le ha dado una formación mental que le hace ser optimista para el futuro inmediato del Real Jaén. Dice que es supersticioso pero este año parece que los astros se están alineando para que el 23 de junio se viva un ascenso en La Victoria. “Hemos pasado por muchas cosas desde que llegué a esta casa. Esta familia que es el Real Jaén y su afición me han hecho feliz, pero quiero devolverles lo que tanto ansían. No es solo subir con el equipo a Segunda Federación porque el Real Jaén es un equipo, una entidad y un club que más allá incluso de su historia merece estar en escalones mucho más altos”, afirmaba el extremo ambidiestro blanco, que todavía percibe las sensaciones del momento en el que marcó ante el Torremolinos y activaba una última opción para el equipo de ascenso directo: “Fue un momento en el que nos demostramos que hay que pelear hasta el final, de creer en nosotros y de que somos capaces de lograrlo. Ver a la afición entregada en ese momento te provoca un cúmulo de sensaciones indescriptibles y solo fue darles un gol y una posibilidad. Fue tremendo sentirlos y no imagino cómo puede ser llegar al 23 de junio y lograrlo”.
