El Nazareno y la Virgen de los Dolores pisaron las calles de Chiclana con cincuenta minutos de retraso sobre el horario previsto, con la mirada de penitentes y público piendientes del cielo.
Numerosos vecinos y vistantes se agolparon a las puertas de la iglesia del Convento de las Madres Agustinas Recoletas y aplaudieron de forma sincera y emocionada cuando se abrieron las puertas del templo y se inició la procesión.