Andalucía se enfrenta a un grave problema de pobreza laboral, con un 19,4% de sus trabajadores que, a pesar de tener empleo, no logran cubrir sus necesidades básicas a fin de mes. Esta cifra coloca a la comunidad autónoma en la peor posición del país, superando a regiones como Extremadura (17,2%) y Castilla-La Mancha (15,4%), que también registran tasas alarmantes. La media nacional se sitúa en el 13,7%, lo que evidencia una desigualdad territorial en las condiciones laborales y en el acceso a un empleo digno.
El informe, elaborado por Oxfam Intermón, destaca que el crecimiento económico registrado en los últimos años no ha conseguido mejorar la calidad del empleo en Andalucía. A pesar de la creación de puestos de trabajo, la temporalidad y la parcialidad no deseada siguen afectando a gran parte de la población. Los sectores más golpeados son la agricultura, la hostelería y la construcción, actividades que predominan en el sur de España y donde la precariedad laboral es más común.
Mientras que en regiones como Navarra (6,3%), el País Vasco (6,6%) y Madrid (7%) la pobreza laboral se mantiene por debajo del 10%, en Andalucía las cifras son más preocupantes. La dependencia de sectores productivos vulnerables y la falta de diversificación económica hacen que la pobreza laboral en la comunidad sea estructural, afectando a casi una de cada cinco personas que trabajan. Las diferencias entre el norte y sur de España son notables.
Además de las malas condiciones salariales, en Andalucía los trabajadores deben hacer frente a un elevado coste de vida. En especial, el precio del alquiler, que ha aumentado considerablemente en los últimos años, afecta desproporcionadamente a los hogares en situación de pobreza laboral. Estos hogares destinan hasta el 79% de sus ingresos al pago de la vivienda y suministros, lo que deja poco margen para otros gastos esenciales como la alimentación, la educación o el ahorro. Esta situación es especialmente crítica en los hogares con menores a cargo, donde la pobreza laboral alcanza el 39% cuando hay tres o más hijos, y en los hogares monoparentales, donde uno de cada tres está en situación de pobreza a pesar de que su responsable tenga un empleo.
La falta de oportunidades laborales de calidad afecta no solo a las condiciones económicas de los trabajadores, sino también a su bienestar emocional. Según el informe, un 28% de las personas en pobreza laboral en Andalucía manifiestan sentirse insatisfechas con su vida emocional, un porcentaje mucho mayor que entre quienes tienen empleos más estables. Además, la falta de tiempo libre y de recursos impide a muchas de estas personas disfrutar de actividades de ocio, lo que agrava aún más su situación.