Santo Domingo fue la temporada pasada un territorio donde el Real Jaén pudo haber logrado el ascenso directo de categoría. Los blancos, bajo la batuta de Roberto Peragón, fueron capaces de limar diferencias con el Torremolinos para llegar a aquella última jornada con opciones, pero el triunfo del Juventud ante el Málaga City, filial en la actualidad de los de Torremolinos mandó al Real Jaén al play off, donde la suerte final ya se conoce. Cabe recordar cómo se puso La Victoria en los dos compromisos que el Real Jaén jugó en casa. Más de 17.000 espectadores entre los dos partidos, en una clara demostración de lo grande que es la afición del Real Jaén cuando se la respeta.
En eso del respeto, en mitad de este compromiso de la séptima jornada de Liga, aparece de soslayo el precio de las localidades para el partido de la Copa del Rey. Pagan los abonados normales como cualquier otro aficionado que solo se ha planteado, de momento, acudir al partido contra el Cádiz del próximo 29 de octubre. Eso del respeto a la afición es para mirárselo porque en muchas casas no se pueden tener cuatro abonos oro para acceder a todos los partidos porque hay necesidades tan básicas como las de llevar un plato de comida a la mesa cada día. Ya supone un esfuerzo incluso sacarse el abono básico y que ahora, en ese partido que toda la afición blanca lleva esperando hace tiempo, no se cuida ni se mima a una sufridísima afición que no merece este trato y se la iguale con los que solo se suman a partidos especiales. Valorar lo especial que supone para muchos ser abonado, sin poder llegar a pagar los 200 euros que costaba el nuevo abono de Tribuna, 50 euros más que el abono normal que se igualó en cualquier asiento ya sea lateral o central, es lo que hay que hacerse mirar muy detenidamente para distinguir desde la entidad entre ricos o pobres, sin tener en cuenta la falta de trabajo que hay en la sociedad de la capital. Quizás en esa distinción esté el fracaso de la campaña de abonados de esta temporada. Y quizás también, lo mismo que se hacen guiños con la cesión del césped sobrante al Ayuntamiento para jardines y parques se podría tener un pequeño detalle para con los que aman a su Real Jaén y dan lo que pueden juntar para tener el plástico con el que ver los partidos de Liga.
Quizás hasta haya en El Ejido muchos de esos sufridos aficionados que solo son para el club abonados normales. Esos que cada mes se juntan con unos eurillos para pagarse el desplazamiento para seguir alentando a los suyos cuando juegan lejos de La Victoria como ahora ocurrirá ante los almerienses en un partido donde el Real Jaén puede sumar su quinta victoria consecutiva y seguir apuntando al Malagueño para tratar de cazarlo en el momento que su racha de todo victorias se quiebre. No le será sencillo, pero las dimensiones de Santo Domingo benefician a los blancos que se van a medir a un Poli El Ejido que llega crecido tras ganar en La Juventud al Mancha Real y donde ha comenzado a dar síntomas de recuperación después de tres derrotas y un triunfo en el primer mes de competición. En los de Peragón quizás los números del rival sean solo una estadística porque se piensa en ir partido a partido y no mirar más allá de un calendario que comenzará a ser más serio con la llegada después del Torre del Mar, del Cádiz en la Copa del Rey y luego el desplazamiento al Escribano Castilla de Motril, donde esperará Fajardo para cerrar una semana de esas de infarto. Eso que le dan a los abonados no oro porque aman a su Real Jaén, quizás mucho más que los regidores del club.
