Los veterinarios de la Junta han concluido que la tortuga murió, “con toda probabilidad, tras impactar contra la hélice de un barco, como muestran dos cortes profundos en su caparazón”. El animal presentaba un estado de putrefacción avanzado y no tenía restos del vertido en la tráquea.
Mientras, el examen practicado a los cuerpos de los dos buitres leonados ha determinado que presentaban un grado muy avanzado de descomposición por lo que su muerte se produjo al menos hace 5 días.
La ausencia de material del vertido en la tráquea, esófago y buche determina que los animales entraron en contacto con la sustancia oleosa una vez que estaban muertos. Todo apunta a que “cayeron al agua, bien por el temporal de levante o porque estaban agotados y desnutridos, y que una vez que se mojaron las alas no pudieron remontar el vuelo y murieron ahogados”.
Inspección litoral
Los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente continúan realizando una “inspección minuciosa” de todo el litoral del Campo de Gibraltar para descartar que se haya trasladado arrastrado hacia otras zonas, extremo que ha quedado descartado.
En la zona final de la ensenada de Getares hasta el faro de Punta Carnero (unos 2,3 kilómetros) “existen algunas rocas impregnadas por manchas oleosas. Se trata de una zona de accesos muy complicados formado por acantilados, plataformas de abrasión, estructuras verticales, rocas y piedras de tamaño variable que dificultan hasta el extremo las labores de limpieza”.
Por el momento se han recogido un total de 85,2 toneladas de residuos oleosos mezclados con arena.
El consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, lamentó ayer de nuevo la actitud “irresponsable” que están teniendo algunos miembros del PP respecto al vertido, al compararlo de forma “desproporcionado e irresponsable” con el Prestige.
