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El Papa pide sobriedad y ayuda a los que sufren la crisis económica

El Papa Benedicto XVI dijo el último día de 2008, en la tradicional ceremonia del Te Deum con motivo del fin de año, que ?la crisis pide a todos más sobriedad y solidaridad para ayudar especialmente a las personas y a las familias que atraviesan serias dificultades? económicas.

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  • El papa Benedicto XVI levanta una custodia durante el rito de ?Te Deum? en la víspera del nuevo año. -
  • Durante la tradicional ceremonia del ?Te Deum? celebrada con motivo del fin de año
  • ?Aunque en el horizonte se dibujan no pocas sombras , no debemos tener miedo?
  • ?El mundo se quedará en ruinas si todo el mundo piensa sólo en sí mismo?, señaló a los jóvenes
El Papa Benedicto XVI dijo el último día de 2008, en la tradicional ceremonia del Te Deum con motivo del fin de año, que “la crisis pide a todos más sobriedad y solidaridad para ayudar especialmente a las personas y a las familias que atraviesan serias dificultades” económicas. 

Benedicto XVI ofició ayer en la imponente Basílica de San Pedro una solemne ceremonia de acción de gracias por el año que finalizaba y las primeras Vísperas de la Solemnidad de María Madre de Dios, como es habitual la tarde de cada 31 de diciembre, una tradición que inició el papa Pablo VI en su Marialis Cultus. 

La Virgen María y la presencia de Cristo fue el eje de la homilía pronunciada por el Papa, quien abordó también “la creciente crisis social y económica que ya afecta al mundo entero” por la que pidió ayuda para las personas que se ven en graves aprietos. 

“La comunidad cristiana –aseguró– ya está ocupándose de ello y sé que Cáritas Diocesana y otras organizaciones benéficas hacen lo posible, pero es necesaria la colaboración de todos porque nadie puede pensar en construir por sí solo su propia felicidad”. 

Joseph Ratzinger tuvo palabras de aliento ante la grave coyuntura económica mundial: “Aunque en el horizonte se dibujan no pocas sombras sobre nuestro futuro, no debemos tener miedo”. 

Y abogó por aferrarse a la “gran esperanza de los creyentes y de la vida eterna en la comunión de Cristo y de toda la familia de Cristo. Esta gran esperanza es la que da la fuerza para afrontar y superar la dificultad de la vida en este mundo”. 

El Papa, que dedicó parte de la homilía de la Misa del Gallo al sufrimiento de muchos niños en el mundo, se dirigió en fin de año a los jóvenes “responsables del futuro de ésta nuestra ciudad”, les animó a no temer miedo de la tarea apostólica que el Señor les confía y pidió a los progenitores que den testimonio a las nuevas generaciones de la llegada de Jesús. 

“No dudéis a la hora de elegir un estilo de vida que no sigue la mentalidad hedonista actual”, apostilló . 

El Papa puso énfasis en la necesidad de nuevos evangelizadores y pidió a los jóvenes “responder con prontitud si Él (el Señor) te llama. La sociedad necesita personas que no sólo se preocupen por sus intereses porque, como he mencionado en el día de Navidad, el mundo se quedará en ruinas si todo el mundo piensa sólo en sí mismo”. 

Tras la solemne ceremonia, el Papa se dirigió al Portal de Belén levantado delante del obelisco en la Plaza de San Pedro y rezó de rodillas mientras sonaba el villancico alemán Stille Nacht (Noche de Paz) interpretado por la Guardia Suiza.

“Israelíes y palestinos desean la paz”


Durante la homilía, el Obispo de Roma abordó la situación que vive estos días la franja de Gaza y dijo que una vez más está en peligro la paz “por el estallido masivo de la violencia en la Franja de Gaza en respuesta a otra violencia” y expresó preocupación y temor por el futuro, aunque también esperanza para vivir en paz, seguridad y dignidad. 

Benedicto XVI dijo que “el profundo deseo de vivir en paz sale de los corazones de la gran mayoría de la población israelí y palestina”, y confió en que “con la sabia y previsora contribución de todos” se darán respuestas concretas a la aspiración de vivir en paz, seguridad y dignidad.

El Vaticano no aplicará las leyes italianas

El Vaticano anunció que desde hoy no se aplicará de manera automática el ordenamiento jurídico italiano como se hacía desde 1929, al considerar que las leyes de este país contrastan “con demasiada frecuencia” con los “principios irrenunciables de parte de la Iglesia”. 

En un artículo publicado en el diario vaticano ‘L’Osservatore Romano’, el presidente de la Corte de Apelación del Estado de Ciudad del Vaticano, el español José María Serrano Ruiz, explicó este cambio.
La nueva normativa pone fin a la ley de 1929 por la cual el ordenamiento jurídico del Estado pontificio acogía automáticamente las leyes italianas. 

Tras la firma de los pactos de Letrán o pactos lateranenses del 11 de febrero de 1929, que supusieron el reconocimiento mutuo del entonces Reino de Italia y la Santa Sede, el Vaticano adoptó el ordenamiento jurídico italiano. 

Hasta ahora, el rechazo a adoptar una ley del Estado italiano era excepcional y motivada por una “radical compatibilidad”. La nueva norma fue aprobada en octubre.

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