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Jerez

Según Cáritas, uno de cada cinco hogares sustentado por mujeres sufre exclusión social

Cáritas Jerez reitera, con motivo del 8M, las múltiples desigualdades que afrontan las mujeres que acompaña

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  • Participantes en el proyecto Juntas Avanzamos -

Este sábado se celebra el Día Internacional de las Mujeres, y Cáritas Asidonua Jerez ha aprovechado el 8M para reiterar su denuncia ante las múltiples desigualdades que afrontan las mujeres a las que acompaña.  

Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez, en su objetivo de seguir ofreciendo oportunidades a las mujeres en situación de vulnerabilidad, desarrolla desde 1997 un programa de promoción de la mujer denominado “Juntas Avanzamos”. Desde entonces, se les ofrece a las mujeres un espacio educativo que les ayuda a romper el aislamiento en el que viven y que les permite desarrollar sus capacidades y potencialidades tanto en el ámbito personal como en el ámbito laboral y relacional.

Según la última memoria, nuestro trabajo con este colectivo se dirigió aun total de 169 mujeres. Actualmente contamos con siete grupos de talleres ubicados en Sanlúcar, El Portal y Jerez, en los que se promueve el bienestar emocional, social y cultural de las participantes, fortaleciendo su conexión y participación en la sociedad, así como su desarrollo personal. No sólo es fundamental atender sus necesidades básicas y primarias, sino también promover y trabajar por alcanzar su bienestar integral.

Como ya es tradición, este año se celebrael XXV Encuentro Diocesano de la Mujer dirigido a todas las mujeres que participan en los programas de Cáritas Diocesana. En esta ocasión, en el marco del Año Jubilar, esta iniciativa lleva como lema“Anclas de Esperanza” yprecisamente esa visión esperanzadora será el centro de esta jornada.

Informe Foessa

El nivel de exclusión social es mayor entre aquellas familias cuya sustentadora principal es una mujer. El 21,4% de esos hogares a nivel nacional están en situación de exclusión, mientras que, en el caso de los hombres, la exclusión es del 16%. Así lo refleja la sexta Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales realizada el verano pasado para el IX Informe FOESSA, que será presentado a finales de este año.

Aunque en los últimos años, se ha registrado una mejoría más rápida en los hogares encabezados por mujeres, la situación está lejos todavía de la igualdad. La falta de acceso a recursos, la precariedad laboral, la brecha salarial y la carga desproporcionada de los cuidados (muchas madres solas con menores a cargo) son factores que influyen en esta inestabilidad. Esta situación persistente mueve a Cáritas a visibilizar y denunciar, con motivo del Día Internacional de la Mujer, las múltiples desigualdades que sufren las mujeres que acompaña.

La desigualdad económica impacta de manera diferencial en las mujeres, perpetuando su situación de vulnerabilidad. La brecha salarial de género alcanza un 19,6%, lo que equivale a que las mujeres cobren de media 5.212,74 euros menos al año que los hombres. Esto se debe a factores como la carga de los cuidados, la segregación horizontal en sectores feminizados con baja remuneración y la segregación vertical que limita el acceso a puestos de dirección.

Además, la tasa de desempleo femenina (12,54%) sigue siendo superior a la masculina (10,02%). En este contexto, el 65% de las personas atendidas en programas de empleo de Cáritas han sido mujeres (36.128), principalmente mayores de 45 años con estudios básicos y un creciente número de migrantes.

A esto se suma el hecho de que un gran número de mujeres se vean abocada a trabajar en la economía sumergida. Así, muchas empleadas del hogar (en su mayoría internas), jornaleras, cuidadoras y limpiadoras trabajan sin contratos ni protección social, enfrentando jornadas extensas, salarios bajos y despidos arbitrarios. La situación es aún más grave para las mujeres migrantes, muchas de ellas, además, en situación administrativa irregular.

Ante esta realidad, Cáritas reivindica el acceso al mercado laboral en igualdad de condiciones, con trabajos dignos y sin discriminación de género. Se exige la formalización del empleo en sectores precarizados como el doméstico, agrícola y de servicios, así como la eliminación de barreras administrativas para las mujeres migrantes, garantizando permisos de residencia y trabajo justos. También se demanda el reconocimiento social y mejores condiciones laborales para trabajos esenciales desempeñados mayoritariamente por mujeres.

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