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Jerez

'Padre Bicicleta', un cura “con todo el arte” y que vivía entregado a los más pobres

El periodista Salvador Gutiérrez está al frente del proyecto, que recrea con actores la vida del párroco de San Dionisio y se presenta este jueves en Villamarta

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Don Luis Bellido

Cartel del documental

Esta cuaresma se han cumplido 25 años de su muerte. Firmaba sus cuadros como Le curé de Saint Denís, aunque en Jerez todo el mundo le conocía como Don Luis Bellido, y más coloquialmente como el Padre Bicicleta. Un documental, que se presenta este jueves en el Teatro Villamarta, le rinde merecido homenaje para que su recuerdo permanezca intacto y al alcance de quienes no tuvieron la suerte de conocerle.

“No podía tener más arte”, apunta el periodista Salvador Gutiérrez, que está al frente del proyecto y que ejerció de monaguillo a su lado en misa de 9 de la noche los domingos. Un arte tan grande como su empeño por ponerse del lado de los pobres y más necesitados de la ciudad, y por rehabilitar la Iglesia de San Dionisio, donde ejerció de párroco durante casi 40 años. Cuenta Gutiérrez que en una ocasión lo citó el obispo en Sevilla y le dijo que había pensado ofrecerle un nuevo destino: Tomares. “La tuya”, fue la ingeniosa y lúcida respuesta de Don Luis. Y de Jerez no se movió.

Esa anécdota y muchas otras igual de divertidas forman parte del documental Padre Bicicleta, para cuyo estreno apenas quedan ya una treintena de entradas. La expectación es máxima -el aforo del Villamarta son 1.226 butacas- y la doble causa lo merece: asistir a la proyección y al reencuentro con Don Luis Bellido, y contribuir con el Hogar San Juan, al que irá destinado todo lo recaudado en taquilla, en consonancia con el espíritu de entrega por los más necesitados del párroco de San Dionisio.

No sólo eso, en el hall del teatro estará expuesta a la venta la bicicleta Hamilton de 1950, parecida a la que usaba el sacerdote, y adquirida en Chiclana para el rodaje de la película. Tendrá un precio de salida de 600 euros, destinados igualmente a la obra social liderada por el hermano Juan Carlos.

Este es el segundo documental en el que se embarca Salvador Gutiérrez. El primero, Redentores de cautivos, abordaba la labor de los misioneros de la Merced en Ruanda. “Me gusta hacer estas cosas, porque es pura gratuidad, me lo paso bien y recibo mucho más”, expone. A su lado, el realizador José Antonio Capote, “que juega uy bien con las luces y a la hora de montar es extraordinario”, apunta Gutiérrez.

Un montaje para el que en esta ocasión ha contado con actores amateur que recrean algunos de los momentos de la vida de Don Luis: “No es un documental al uso, porque además del archivo histórico, de imágenes cedidas por Onda Jerez, de los testimonios de quienes le conocieron... se van a reír mucho, porque Don Luis tenía un gran sentido del humor y lo hemos querido reflejar en la película”.

De hecho, cuenta que “grandes humoristas venían a Jerez para charlar un rato con él y beber de sus puntazos”, del mismo modo que también se destacó por ser “rupturista con la clase alta de la iglesia”.

“Hablamos de la década de los 60, con gente que pasaba hambre de verdad, y él sacaba dinero de debajo de las piedras”, y cuando no, le tocaba en los cupones. Hasta en tres ocasiones se relata en el filme, “y al día siguiente ya estaba buscando quién necesitaba algo para entregarle el dinero, que apenas le duraba tres días”. 

Conocido por ser uno de los curas que decía las misas más rápido, ya que no era cuestión de “espantar a la clientela”, como él mismo decía, su apodo, “padre bicicleta”, no procedía de ahí, sino de su primer destino, en El Puerto, para el que se compró la bicicleta que ya no le abandonaría nunca y con la que se desplazaba por la ciudad y hasta Jerez a ver a su madre Trinidad.

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