El material tiene memoria, cuenta Alfredo Zarazaga. La piedra, la arcilla, la madera o, en este caso, la chapa. Todo forma parte de un ciclo de la vida, que nunca muere y está en continua renovación. Tras levantar un sueño en la playa de las Canteras, este artista local ha recabado los retales de las chapas de dos milímetros- andamios, balaustrada, extintores, etc.- empleados en la construcción del proyecto artístico y medioambiental ‘Cangrejos en el litoral’ para dar forma, esta vez, a una nueva obra: ‘Mi paso por los cangrejos’.
Representa, a modo de autorretrato del propio Zarazaga, una figura humana que camina entre metales punzantes. Una obra que Zarazaga “ha trabajado en el yunque con el martillo, consiguiendo que se enroscaran cual pergamino”, explica, “convirtiendo estos restos en conductos energéticos que forman mi cuerpo, con un caminar tranquilo pero seguro”. Es, de hecho, su propio camino, aunque el artista espera transmitir una segunda visión “más generalizada”, ya que “puede ser también el de cualquier persona en un camino peligroso, que tiene que ir con tranquilidad y cabeza”.
Un camino que él mismo tuvo que recorrer hasta hacer realidad el conjunto escultórico de ‘Cangrejos en el litoral’. Una senda llena de dudas, de incertidumbre, de obstáculos e impedimentos, aunque pudo sortear cada uno de ellos gracias a su empeño y valentía, pero, sobre todo, a la colaboración de las muchas personas que le asistieron a lo largo de este complejo proceso creativo. Contiene el “ADN de todos esos colaboradores que me ayudaron”, recuerda.
Por ello, Zarazaga explica que ‘Mi paso por los cangrejos’ sirve de “homenaje, precisamente a ellos que estuvieron ahí de forma totalmente desinteresada, simplemente con la intención de aportar y participar en nuestro sueño. Todos y cada uno de ellos me han hecho más fuerte, más firme en mi caminar”, ha concluido el artista.