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Saboreando

Mundo rural…y marinero

Porque detrás de cada fruto, cada pescado, cada cereal, hay manos curtidas por el sol y el salitre. Son los hombres y mujeres del campo y del mar (...)

Publicado: 01/06/2025 ·
16:30
· Actualizado: 01/06/2025 · 16:30
Autor

Pepe Oneto

Además de cocinero y docente culinario, comunicador, especialmente gastronómico, en prensa escrita, radio, televisión e Internet y escéptico por naturaleza

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Homenaje a los Guardianes Silenciosos de la Tierra y el Mar: el alma del alimento. Hay gestos que deberían repetirse a diario. Uno de ellos es reconocer, aplaudir y homenajear a quienes, desde el anonimato, nos permiten algo tan cotidiano —y a la vez tan sagrado— como sentarnos a la mesa y compartir un plato de comida. Porque detrás de cada fruto, cada pescado, cada cereal, hay manos curtidas por el sol y el salitre. Son los hombres y mujeres —mujeres y hombres— del campo y del mar, verdaderos ángeles de la guarda de nuestra alimentación.

Nunca me cansaré de repetirlo: sin su labor, constante y silenciosa, sería imposible disfrutar de lo que hoy consideramos un patrimonio cultural, una riqueza compartida. La gastronomía andaluza —y por extensión la española— no sería el referente internacional que es sin el esfuerzo diario de estos guardianes de la tierra y la mar. Y, sin embargo, su trabajo sigue sin recibir el reconocimiento social que merece.

Afortunadamente, hay quienes han decidido poner en valor esta labor con compromiso, sensibilidad y convicción. La Fundación Savia, presidida por Paco Casero, se ha erigido como una de las voces más firmes y generosas en la defensa del mundo rural. Su actividad va mucho más allá del activismo: es un acto de amor por quienes producen lo esencial.

Una de esas acciones ejemplares tuvo lugar el pasado 24 de mayo en el museo de la Almendra, en Zamoranos, pedanía perteneciente al municipio cordobés de  Priego de Córdoba. Allí se reunieron personas comprometidas, conscientes de la urgencia de proteger y celebrar el mundo rural. No era la primera vez. Cada año, esta cita se convierte en un espacio de reflexión, encuentro y justicia hacia quienes sostienen la economía agrícola y pesquera con su sudor y su empeño.

Lo mismo ocurre en la entrañable pedanía de Los Rosales, en el municipio jiennense de Frailes, lindando con la cortijada de El Espinar, limítrofe conValdepeñas de Jaén. Allí, la Cofradía Gastronómica de la Sierra Sur de Jaén “El Dornillo”, bajo el impulso incansable de su presidente Juan Infante, con el respaldo esencial de la Fundación Savia, y la complicidad e involucración de los ayuntamientos de Frailes y Valdepeñas de Jaén, organiza a principios de junio de cada año una jornada dedicada al mundo rural. En la Asociación Tercera Edad “Hogar El Paraíso de Los Rosales” se desarrollan diversas actividades que giran en torno al reconocimiento de los hombres y mujeres del campo.

Este evento, titulado con justicia “Jornada del Mundo Rural”, pone rostro y voz a quienes suelen quedar invisibles. Lo hace con afecto, con alegría, con respeto. Porque no se trata solo de agradecer: se trata de reparar una deuda moral que como sociedad mantenemos con ellos.

Cabe señalar, no sin una pizca de reivindicación, que sería deseable extender este reconocimiento también a los hombres y mujeres del mar. Sus esfuerzos son igualmente fundamentales y su inclusión haría aún más justa y completa esta jornada. Aunque, como bien sé, tanto la Fundación Savia como la Cofradía de “El Dornillo” los tienen presentes, en mente y corazón.

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