Málaga continúa consolidando su posición como motor económico del sur de Europa. Así lo refleja el Barómetro Económico nº 48, presentado este miércoles por el Colegio de Economistas, que prevé un crecimiento del PIB del 2,8% para 2025, superando la media andaluza (2,2%) y la española (2,6%). Esta dinámica positiva viene respaldada por un mercado laboral robusto, un notable aumento de las exportaciones y un sólido comportamiento del sector inmobiliario. Sin embargo, el informe también lanza varias alertas: los altos precios de la vivienda y la escasez de infraestructuras de transporte están empezando a convertirse en frenos estructurales para el desarrollo de la provincia.
El decano del Colegio, Manuel Méndez, ha calificado de “asignaturas pendientes” la falta de suelo disponible para construcción y la carencia de conexiones de transporte, sobre todo en el área metropolitana. Según ha afirmado, “el acceso a la vivienda se ha convertido en un problema crítico, que impide tanto a los residentes como a potenciales nuevos trabajadores encontrar opciones viables”. Esto, sumado a la dificultad para desplazarse desde zonas periféricas, limita el crecimiento de otros núcleos urbanos y encarece la vida y el trabajo en Málaga capital.
La escasez de suelo industrial y de oficinas, apuntada también por los empresarios malagueños, agrava la situación. Las comunicaciones deficientes encarecen el transporte y restringen un reparto equitativo de la actividad económica en el territorio. “No todo el mundo teletrabaja o puede ser nómada digital. Si no hay transporte, tampoco hay interés en mudarse a zonas más asequibles”, ha lamentado Méndez, recordando que sin movilidad ni vivienda, el atractivo laboral de Málaga puede desvanecerse.
Menos paro
A pesar de ello, las cifras macroeconómicas siguen siendo alentadoras. La provincia cuenta con más de 890.000 personas activas, lo que representa un 21,5% del total regional, y ha experimentado un descenso del paro del 9,66%. Además, se ha alcanzado un récord de afiliación a la Seguridad Social, con más de 735.000 cotizantes. La cifra de capital suscrito para nuevas empresas ha crecido un 78%, lo que sugiere confianza en el tejido económico malagueño, aunque la creación de empresas ha descendido un 2,72% interanual.
En el plano internacional, el dinamismo exportador es otro de los pilares del crecimiento. Las ventas al exterior han crecido un 15,8% en lo que va de año, destacando el protagonismo del aceite de oliva y otros productos agroalimentarios, especialmente en mercados como Estados Unidos. Sin embargo, los economistas han advertido del riesgo que representan los aranceles estadounidenses y han instado a diversificar destinos y apoyar a las pymes exportadoras.
El sector de la construcción y la vivienda también muestra una evolución positiva, con un aumento del 21% en las compraventas y un 11% en los precios de la vivienda libre. La licitación pública ha crecido un 215%, reflejando una clara apuesta institucional por la inversión en infraestructuras. No obstante, los expertos recuerdan que la falta de suelo y de planificación urbanística sigue siendo una barrera de fondo.
A nivel político y estructural, el Colegio de Economistas ha señalado la inestabilidad internacional, la elevada carga impositiva y la deuda pública como factores que podrían introducir vaivenes en la economía durante los próximos meses. En palabras del decano: “Cuanto más se crece, más difícil es mantener ese ritmo”, apuntando a una posible moderación tras varios ejercicios de expansión acelerada.
El turismo, uno de los pilares económicos de la provincia, muestra signos de desaceleración. El número de viajeros alojados en hoteles ha bajado un 9,15%, con una caída del 20% entre los turistas nacionales. En apartamentos turísticos, las pernoctaciones han descendido un 12%, y hasta un 41% entre residentes españoles. Para los economistas, esto se debe a los altos precios del sector, que afectan en mayor medida al turismo local que al internacional.
“El mercado hotelero está alcanzando niveles difíciles de asumir para el turista nacional”, han advertido desde el Colegio. Aunque el visitante extranjero mantiene su presencia, los expertos alertan del riesgo de un modelo que se vuelve inaccesible para el cliente local, en un contexto donde el consumo interno es clave para la estabilidad.
En conclusión, Málaga mantiene cifras económicas envidiables y una capacidad de crecimiento destacada dentro del panorama nacional. Sin embargo, los retos estructurales vinculados a la vivienda, el transporte y el acceso al suelo empiezan a tensionar su modelo de desarrollo. De no corregirse, podrían convertirse en techos de cristal para una economía que, por ahora, sigue liderando con fuerza el sur de Europa.