La verdad es que esta expresión y/o interrogante de gran calado me la vengo planteando desde hace muchos años - tomen nota los responsables de esta asignatura pendiente en esta Huelva de nuestras culpas- porque hace un montón de años fue decretada la denominación ‘Huelva-Costa de la Luz’, compartida con Cádiz (¿). Recuerdo perfectamente que aquello fue una auténtica inyección de estímulo e incentivaciones para una provincia tan alejada que ante este hándicap parece que nadie se acuerda de nosotros, incluido Madrid y por supuesto Sevilla, ahora antesala de lo bueno y lo malo que nos llega para seguir estancados como estamos, sobre todo en materia de infraestructuras, de tal forma que empezando por el Ayuntamiento de Huelva y la Diputación Provincial se ha encendido -por fin- la luz roja de una auténtica alarma ante tamaño abandono en materia de infraestructuras, algo que sin este requisito parece difícil de remontar con los recursos actuales, por cierto modestos y carentes de esa atracción que se requiere para integrarse en esa ‘Costa de la Luz’ que nos llegó hace algo así como medio siglo y ahora mismo olvidada (¿)…
La Diputación Provincial, de la mano de su oportuno y esperanzador presidente, y el Ayuntamiento, orgulloso, estoy seguro, de tener al frente a la primera alcaldesa con el aval de su buena gestión al frente del Puerto y formando un tándem ideal para abrir nuevos horizontes de ilusión y/o esperanza en ese sector turístico que, según los últimos datos parciales, Huelva es la segunda provincia con más visitantes y pernoctaciones rurales. Sí, aceptable, pero habrá que esperar a final de temporada para con datos más concretos saber si estamos en el buen camino o hay que replantearse el futuro y nada mejor que celebrar el nuevo responsable al frente del anterior Patronato Provincial de Turismo, que solía nadar entre dos aguas, algo que no le pasó desapercibido a don David y no ha dudado en definir funciones y concretar al máximo actividades y resultados. Sí, ¡qué tiempos aquellos!
Al hilo de estas consideraciones, la Diputación Provincial ha promovido una comisión de impulso de las necesidades en infraestructuras en la provincia de Huelva. Sí, tomen nota y díganlo con contundencia y visualización el hándicap que este abandono, sobre todo en materia de comunicaciones arrastra Huelva desde antes y después del Polo y, sobre la mesa, que no falten datos sobre algo que he percibido directamente cuando desgraciadamente echaron el telón a mediados de septiembre y algo tan importante como es el transporte por carretera a falta de esas casi tercermundistas comunicaciones -¡perdón! - a falta de ese AVE que nuestros vecinos extremeños sobe todo echan en falta ¿y Sevilla?, sin olvidar la autovía a través de la Sierra. A nivel provincial la disminución de servicios fue descarada y ajena al servicio público que presta y traducido, por ejemplo, en que autobuses procedentes de Ayamonte e Isla Cristina y otros que aparentemente son directos La Antilla-Huelva, o no se detienen en La Antilla o solo admiten contados pasajeros -solo 7 en tierra- que no son admitidos ya que no pueden adquirir billetes vía on line como sí se les facilita a los de anteriores procedencias y/o Ayamonte- Isla Cristina-Huelva.
Sí, y que lo mismo que la empresa Damas ha implantado con extrema delicadeza un servicio especial para personas con Movilidad Reducida -que certifico y aplaudo- pero que por lo visto no entra en la estrategia más humana y sensible de ese transporte, que si bien no afecta mucho al turismo ¿de más altura?, sí es fundamental, básico incluso, para tantos y trabajadores al servicio de muchos de esos servicios que se prestan en La Antilla, ahí donde incluso el servicio postal, que solía ser pueblerino durante el año, ahora ha pasado de prestar servicio en sus modestas instalaciones de antaño de 10 a l2.30 según recuerdo, pero que de todas formas en La Antilla y en sus modestas instalaciones un tanto a trasmano y ni siquiera bandera azul. Yo creo que mi respetado y flamante alcalde de Lepe tendrá una visión más objetiva y real de La Antilla y que como analizaré en otro momento se ha quedado como de obligado cumplimiento para como hace 50 años, y ahora como un ente secundario y sin apenas hoteles ¡que ya es un decir! ¿Cambiar fresas por turistas? A lo mejor. Si, pero La Antilla no deja de ser una playa familiar, en la que sus viarios son de hace más de 50 años y a la vista están incluso sus principales avenidas, con baches y grietas de todos los calibres, que a la vista están. No exagero, señor alcalde: vea en toda su extensión la avenida de Castilla y otras avenidas y reconocerá que algo ha pasado y sigue pasando en La Antilla desde cuando me aposenté hace más de medio siglo. ¡Ozú! me podrá decir, pero ¡compruébelo!