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Jerez y la Solemnidad del Corpus Christi merecen mucho más

La procesión volvió a prescindir de las calles principales y finalizó en San Miguel

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La procesión del Corpus Christi.

La procesión del Corpus Christi.

La Solemnidad del Corpus Christi pasó este domingo casi sin pena ni gloria por una ciudad que parece haber dado la espalda a la que llegó a ser una de las grandes fiestas del calendario.

A nadie escapa que el culto eucarístico se encuentra en franca decadencia desde hace ya demasido tiempo y que ese calendario está a día de hoy prácticamente absorbido por las celebraciones pasionales, pero precisamente por eso se antoje más que nunca imprescindible trabajar para reverdecer viejos esplendores y no que cunda la sensación de que ya se ha tirado la toalla.

El obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, ofició en la Catedral la solemne eucaristía previa al inicio en sí de la procesión. En su homilía, el prelado expresó su inquietud por la escalada de violencia en la que el mundo parece sumido y recuperó el mensaje paz con el que León XIV inició su pontificado.

La Custodia abandonó la Catedral a las 20.20 horas, portada por costaleros por primera vez en muchas décadas. Miguel Ángel Jaén ejerció como capataz, dándose el caso de que la fenomenal pieza de orfebrería de Gabella Baeza se dispuso sobre la mesa del paso de palio de la Esperanza de la Yedra.

El conjunto resultó agradable desde el punto de vista estético, pero presentó un exorno floral manifiestamente mejorable.

El cortejo buscó el centro por Arroyo, Barranco, Curtidores, Peones, Carpintería Baja, Carmen y Sedería, para después continuar por Plateros, plaza de la Yerba y Consistorio y, desde allí, buscar la Alameda Vieja -donde se dispusieron las alfombras de sal- por la plaza del Arenal.

Al igual que el año pasado, todo finalizó en San Miguel, y de nuevo se prescindió de las calles Larga y Lancería, sin duda alguna un lujo que no puede permitirse una procesión huérfana de respaldo popular y que necesita con urgencia de revulsivos capaces de devolverle su protagonismo.  

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