Icónica Fest ha cerrado su quinta edición, aún con la resaca del concierto de Kylie Minogue, con 277.000 asistentes, un 29,5% más que el pasado año, y un impacto económico estimado en la ciudad de más de 230 millones de euros, posicionándolo como el tercer evento más importante de la ciudad tras la Semana Santa y la Feria, y que además se consolida entre los eventos que atraen turismo nacional e internacional.
“Es un proyecto superjoven y con un margen de crecimiento brutal”, decía Javier Esteban, director del Icónica y CEO de Green Cow Music, promotora del festival, que se ha mostrado “superorgullosos” de que se haya posicionado en apenas cinco años entre los cinco mejores festivales de España y de Europa, algo que ha confirmado la delegada municipal de Turismo y Cultura, Angie Moreno, que ha confirmado los 230 millones de euros de impacto directo, de los que 75 repercuten en la ciudad al ser el impacto mediático que implica.
Las cifras oficiales de este impacto las presentará en octubre la Cámara de Comercio con la auditoría externa que realiza sobre el Icónica, aunque Esteban ha querido adelantar algunas de las cifras. Los conciertos han aglutinado a 277.000 asistentes, 162.000 de ellos público sevillano (124.000 en 2024), 115.000 procedían de fuera de la provincia (90.000) y 46.259 del extranjero (destacando Reino Unido, Portugal, Italia, Colombia, Venezuela, Francia, Estados Unidos, México, Argentina y Alemania.
Para los responsables del Icónica, estas cifras reflejan que se ha cumplido el objetivo de que el festival “fuera sevillano”, convirtiendo la cita en “una nueva tradición de la ciudad”, a lo que se suma el hecho de que se haya empleado a más de 2.000 personas y se haya trabajado con más de 200 empresas locales. Esteban ha apuntado que en cinco años se han invertido “a pulmón” 48 millones y sumado 700.000 asistentes, aunque Green Cow Music se ha embarcado también en el festival Insólito en otoño y la recuperación de la Casa Velázquez.
También han defendido sus valores de sostenibilidad, innovación y calidad, respaldados por numerosas certificaciones que seguirán incrementando y han puesto el acento en la gestión sostenible del patrimonio histórico, “no como un acto administrativo o legal sino emocional”, lo que les obliga a tener un proceso continuo de mejora.
Ante la denuncia de Sevilla se muere, que pide a Cultura su paralización al constar sólo informes favorables de la Comisión de Patrimonio en las primeras ediciones, Esteban ha apuntado que “no hay fundamento jurídico” en la denuncia, que ya está en manos de los abogados, y que detrás hay una “base ideológica”.
Pablo Távora, director de proyectos y experto en patrimonio de la promotora, ha puntualizado a Viva que “cumplimos con el procedimiento y con la legalidad”, señalando que la licencia se pide al titular del espacio, que es el Ayuntamiento, y se rigen por la ordenanza que regula la ocupación de bienes patrimoniales. De hecho, no es una denuncia judicial sino administrativa. En este sentido, es el Ayuntamiento el que informa a Cultura y que el silencio de la Comisión de Patrimonio puede ser positivo porque todas las administraciones tienen la documentación y las auditorías externas que se realizan.
Además, ha defendido sus esfuerzos por minimizar cualquier impacto, no sólo en el patrimonio sino también innovando para reducir el ruido, señalando que “se ingresa por ocupación de la vía pública más del doble de la inversión en conservación en la Plaza de España”, que son cien mil euros. Eso sí, ha reconocido que el próximo año dedicarán a Patrimonio un apartado específico en el presupuesto, que hasta ahora se incluía en la propia producción del evento.
Por su parte, ante las críticas vertidas por la continuidad seis años más del proyecto sin concurso previo u otro procedimiento, la delegada de Cultura y Turismo ha apuntado que han “dado continuidad a un proyecto del Gobierno anterior y cumple con los requisitos para seguir llevándose a cabo”.