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Sábado 04/05/2024  

Cádiz

Investigan el síndrome de la clase turista

La Universidad de Granada ultima un estudio que permitirá probar la utilidad de un innovador dispositivo destinado a prevenir el síndrome de la clase turista, como se conoce a las molestias asociadas a viajes prolongados en avión y que pueden llegar a causar trombosis venosas y embolias pulmonares.

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  • Afecta a más del tres por ciento de los pasajeros de vuelos de más de 4 horas
La Universidad de Granada ultima un estudio que permitirá probar la utilidad de un innovador dispositivo destinado a prevenir el síndrome de la clase turista, como se conoce a las molestias asociadas a viajes prolongados en avión y que pueden llegar a causar trombosis venosas y embolias pulmonares. 

Este dispositivo, cuya utilidad fue probada ayer en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo (CARS) de Sierra Nevada en lo que constituye una segunda fase del estudio, es una almohadilla hinchable denominada flip-flow, explicó a Efe Fidel Fernández, coordinador del estudio y cirujano vascular del Hospital San Cecilio de Granada, que también participa en el proyecto. 

Al colocarse bajo los pies, la almohadilla ejerce una presión sobre la planta del pie que contribuye a activar el drenaje venoso de las extremidades inferiores mediante una serie de ejercicios recomendados. 

El estudio pretende evaluar la eficacia de este dispositivo, diseñado y fabricado por la empresa Entrenatech, para prevenir las molestias en los miembros inferiores asociadas a la inmovilización prolongada durante los viajes en avión, inmovilización que puede llegar a ocasionar graves consecuencias como una trombosis venosa. 

El síndrome de la clase turista, que afecta a más de un 3% de los pasajeros en vuelos de más de cuatro horas de duración, desató la alarma tras la muerte en 2001 de la joven Emma Christofferson, que falleció de una trombosis venosa instantes después de aterrizar en el aeropuerto londinense de Heathrow tras volar durante 20 horas desde Australia, explicó Fernández. 

Los promotores de este estudio, que empezó antes del verano aunque inició su desarrollo hace dos años, pretenden que si se comprueba el buen funcionamiento del dispositivo, éste no sólo se destine a prevenir los síntomas del síndrome de la clase turista, sino a otras situaciones de riesgo derivadas de una larga inmovilización como la que se produce tras un parto. 

El estudio está pendiente para su conclusión del procesamiento de datos que arrojen las prácticas, una de las cuales se desarrolló en el CARD de Sierra Nevada, a 2.320 metros de altitud y donde se han simulado las condiciones de un vuelo y la situación que se da en la cabina de un avión presurizado volando a altitud de crucero.

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