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Curioso Empedernido

Primer año triunfal

Que nadie se asuste, que no sueñen nostálgicos y melancólicos de tiempos pretéritos con celebraciones impropias de una democracia...

Que nadie se asuste, que no sueñen nostálgicos y melancólicos de tiempos pretéritos con celebraciones impropias de una democracia. El título de este artículo se justifica, porque el pasado 22 de mayo se cumplió un año de las últimas elecciones municipales, y el próximo 11 de junio hará el mismo tiempo que el señor Landaluce es alcalde Algeciras.

El líder local del PP, tras un claro triunfo electoral que le otorgó una amplia mayoría histórica de  dieciséis concejales, lleva cincuenta y dos semanas al frente de uno de los ayuntamientos más importantes de Andalucía y España, y no seré yo quien tenga la tentación de sustituir a la oposición, algo letárgica y paralizada, y hacer un balance de lo que han sido estos últimos doce meses al frente de nuestro municipio. ¡Dios me libre de tal osadía! Cada cual tiene su misión y no voy yo a corregirles la plana al PSOE, IU y PA.

Sólo me va usted a premitir, don José Ignacio, como ciudadano y contribuyente de a pie, que, llegado este momento, haga mis reflexiones, que le aseguro que son las de muchos vecinos y vecinas de este maravilloso rincón asomado a una de las bahías más bellas del mundo.

Espero que se tome usted estas consideraciones críticas con cintura política e higiene mental, que no se me enfade con este humilde articulista que lo único que pretende al igual que su señoría es lo mejor para nuestro pueblo. Mire, señor Landaluce, como no quería dejarme influenciar por nada ni por nadie, puse bien el ojo y el oído, y recalé en una de esas tertulias de una céntrica cafetería de Algeciras.

Allí, alrededor de una mesa, con personajes de todo el espectro político, se escuchaba de todo. Una de las cosas que no entendían es cómo usted se empeñaba en continuar siendo alcalde y diputado, lo que le convertía en el gran ausente durante buena parte de la semana. Y había apuestas sobre si al final sería usted capaz de abandonar su escaño en la Carrera de San Jerónimo por amor hacia nuestro pueblo. ¡Cómo es la gente, don José Ignacio!

Tampoco comprendían  algunos contertulios cómo es posible esa saturación fotográfica, le sacan  de todas las formas y posturas. Hay una buena amiga mía, que tiene esa mandanga y guasa especial, que sostiene que a usted le hacen un posado cada lunes sus colaboradores, y distribuyen esas fotos a lo largo de la semana. Si no, no es posible esa omnipresencia.

Como observador y comentarista, esta tribuna de los miércoles del VIVA CAMPO DE GIBRALTAR, hay cosas que no logro alcanzar, ya que  en su discurso de investidura dijo que su objetivo prioritario era poner nuestro Ayuntamiento al servicio de los ciudadanos, luchando desde la esfera de sus competencias contra la crisis y el desempleo. Y de lo dicho, nada de nada.

Hay muchos ciudadanos que nos preguntamos cómo es posible que desde que está este usted al frente de la Alcaldía, los parados son 2.181 más que hace un año, con lo que ya estamos en 17.817, y no hay día que no nos desayunemos con el cierre de una nueva empresa. Y ahora no puede usted emplear el fácil recurso de echarle la culpa a Zapatero y el PSOE, porque como bien sabe, quienes gobiernan en Madrid son los suyos.

En cuanto a la gestión municipal,  cero para usted y sus compañeros de equipo, porque ni en lo micro ni en lo macro han sabido dar respuesta a los problemas de Algeciras. Ni ha mejorado los servicios cotidianos ni ha comenzado ninguno de los proyectos que anunciaba a bombo y platillo, como el del Llano Amarillo o las infraestructuras, por lo que hasta la presente, señor Landaluce, es usted la historia de un fracaso y una decepción. Le quedan tres años para enmendarlo y a la oposición para ilusionarnos.

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