Esto es un cáncer con metástasis”, afirma una de las portavoces vecinales de la barriada José Antonio, Fali Fernández. Se refiere a la situación por la que atraviesan, día sí y día también, los vecinos de esta barriada portuense en la que la venta de droga se ha convertido en una actividad habitual. “Esto no es sólo por las mañanas o por la noches, son las 24 horas del día, aquí no se para la actividad”, indica uno de los portavoces de Foro Social Portuense, Rafael Portela.
La venta de droga se acentúa, además, por la generalización de la situación económica de crisis y paro en nuestra localidad. “Algunas personas ven en la venta de droga una salida en la que obtener dinero, ya que son padres de familias que le tienen que dar de comer a sus hijos”, señala Portela.
Además, cabe destacar que de esta circunstancia se derivan un sinfín de consecuencias que perjudican a los vecinos de la barriada. Ruido hasta altas horas de la noche o las peleas son algunas de los hechos más cotidianos. “Antes cuando veíamos o escuchábamos alguna pelea, llamábamos directamente a la policía, pero cuando llegaban les decían a los agentes que no había pasado nada, ya que entre ellos mismos se cubren”, explica Fali Fernández. Aun así, alegan, que la Policía conoce la situación que se vive en las calles de la barriada y están constantemente paseándose por allí.
A esto se suma que, para desarrollar su actividad, los traficantes aprovechan muchas de las viviendas de la zona que se encuentran vacías para realizar la venta. “La situación sigue más o menos igual, no hay tanto trapicheo, pero continúan metiéndose en las casas vacías”, indica Fernández.
Es por esta actividad, principalmente, por la que los vecinos vienen demandando desde hace años un cambio. La primera demanda fue a nivel de vivienda y, de hecho, la Junta de Andalucía está haciendo posible que este cambio de residencia pueda materializarse próximamente para algunas familias. “Nos han dicho que la primera fase de las viviendas pueden estar concluidas a finales de verano de 2013”, asegura Fali Fernández. Los pisos, que albergarán las 125 nuevas residencias, estarán situados en la antigua ermita de Santa Clara y, según cuentan los vecinos, “van a buen ritmo”. “Desde que empezaron, no han parado y, de hecho, los trabajadores van hasta los sábados”.
Para los vecinos, y tal y como ha hecho llegar su portavoz vecinal, estas viviendas son como la luz al final del túnel, ya que les apartará un poco del menudeo habitual de la barriada. “Esto va a suponer el cielo, después de haber estado viviendo tanto tiempo en el infierno”, comenta Fernández. Un ‘tierra prometida’ que no todos podrán llegar a ver, y es que “desde que empezamos con las reclamaciones de nuevas viviendas para mejorar la situación de la barriada, alrededor de una veintena de personas han fallecido”, establece el portavoz del Foro.
Sin embargo, y ésta ha sido la segunda demanda, los vecinos exigen un plan de intervención social. “Evidentemente esto ya no tiene arreglo, pero si podemos retrasar este cáncer poniendo una buena quimioterapia, deberíamos intentarlo”, establece la portavoz vecinal. Y es que, tal y como comunica, la venta de droga se ha extendido a otras barriadas como La Vid o Los Milagros.
Una intervención social que necesitaría, tal y como proponen desde la barriada, “arrancar todos los problemas de raíz”. “Este entorno está por todas partes, y mientras no haya una buena acción que lo quite, no se podrá erradicar”, afirma Fali Fernández. Por ello, proponen no únicamente la inversión de dinero, sino también de recursos, así como la coordinación real y concreta de las tres administraciones. “Para solucionar este problema se tendrían que poner de acuerdo el gobierno municipal, el de la Junta de Andalucía y el del gobierno central”, puntualiza Rafael Portela. No obstante, hay otros problemas que también afectan a la zona. Son, especialmente, los relacionados con la salubridad. “Hay mucha suciedad en la calle porque aquí solo entran los basureros los miércoles, se mantiene limpio este día y ya está”, apunta el miembro del Foro.
Por este motivo, tanto los vecinos como los miembros del Foro Social Portuense esperan que el próximo día 31 de octubre se establezca una fecha para empezar a trabajar para poner soluciones reales a la zona.
