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San Fernando

De la Escuela Elemental de Trabajo

Juan Máximo Hombre, profesor del Instituto 'Juan de la Cierva' de Tetuán, recibió en homenaje de sus ex alumnos en la tierra que le dio cobijo y lo formó como persona.

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  • Homenaje al maestro -

Tuvo el “pequeñísimo problema” de haber nacido en Jerez, dijo el alcalde de San Fernando, José Loaiza, a lo que Juan Máximo Hombre respondió que sus orígenes son de La Isla. Robó camarones en la salina San Vicente y se libró de un cartuchazo de sal en el culo; se metió en los sótanos del Castillo de San Romualdo y “rateó “ por la ciudad bajo la tutela del que ejerció como padre, un funcionario de la Marina impresor empleado en el Real Observatorio de la Armada de San Fernando.

Este viernes volvió a su tierra acompañado de algunos de sus ex alumnos del Instituto Juan de la Cierva de Tetuán y recibió un homenaje en el Centro de Interpretación del Parlamentarismo de manos del alcalde isleño, quien le hizo entrega de una reproducción de la fachada del Ayuntamiento y el libro de Joaquín Quijano Párraga, San Fernando. Evocación de un siglo, editado por Publicaciones del Sur. Editores.

Su historia, una historia de superación desde su condición de huérfano e hijo adoptivo, la contó él mismo. Tuvo la suerte de entrar a trabajar en la antigua Constructora Naval, en Fábrica San Carlos y aprender un oficio, pero toda vez que su padre consideraba que no se podía estar de brazos cruzados desde las seis de la tarde, cuando salía del trabajo, hasta las diez de la noche –que es cuando volvía a su casa la juventud en aquellos tiempos- comenzó a estudiar en la Escuela Elemental de Trabajo, un edificio neoclásico que ya no existe pero del que sacó buena parte de lo que luego le sirvió para forjar su particular historia.


Y es que aunque en Fábrica San Carlos “tuvo un profesorado único”, toda la técnica que aprendió no le sirvió para ser maestro. Fue en esta Escuela Elemental donde llegó a ser ayudante de maestro y superó el primero y el segundo curso de oficial obrero y los dos primeros cursos de maestro obrero.

En Marruecos por accidente

Su llegada a Marruecos y el hecho de quedarse a vivir en Tetuán fue circunstancial, porque su intención era marcharse a Brasil junto a su mujer y una de sus hijas, para lo cual se había examinado en Cádiz. Pero por motivos familiares fue al país vecino y allí, además de conocer a su tía que era el objetivo principal de su visita, conoció también un famoso barrio de Rabat llamado el Cartier donde “la providencia me dio un periódico y con mi medio francés lo leí y decía que se necesita profesor de electricidad. Imprescindible hablar español”.

Los títulos de la Escuela Elemental de Trabajo le sirvieron para entrar como funcionario en el ministerio marroquí, “mientras que el certificado de la Constructora Naval que en España me podía abrir todas las puertas, no me sirvió”. Así que esa pequeña escuela fue la que le permitió tener un oficial que siempre será el suyo “porque yo nunca dejaré de ser profesor”.

De cómo pasó a trabajar del reino marroquí al Estado español fue cuestión de mala suerte... pero para otro. Se murió el profesor de electricidad de la escuela española en un accidente, lo llama el consulado español y se integra en el sistema educativo patrio.

Su honestidad y sus deseos de superación quedan reflejados en sus propias palabras. “Una vez en la escuela española me di cuenta de que estaba falto de preparación, me superé y hago la carrera de ingeniero técnico con 35 a 40 años. Dejé el taller donde era Maestro de Trabajos Manuales, MTM en Marruecos, y profesor de prácticas de taller en la escuela española, que no era suficiente y después fue profesor de ellos (por los ex alumnos presentes) de Talleres, de Tecnología y de Física”.

Ese es resumen de una vida en la que “todo se lo debo a San Fernando, porque si yo no estoy en la Constructora Naval y no estoy en esa Escuela, ahora mismo no estaría aquí. Lo mismo estaría mejor, pero tan a gusto como estoy ahora mismo aquí no lo estaría”.

A los alumnos

El alcalde de San Fernando también entregó al representante de los alumnos, Juan José Lozano, una ménsula réplica de las columnas del palacio consistorial isleño y les deseó una pronta vuelta a San Fernando y a Cádiz para después hacerse una foto de familia en la esquina del Real Teatro de las Cortes. Ni que decir tiene que la expedición, que cada año hace un viaje y que esta ocasión tocó Cádiz por conmemorarse el Bicentenario de la Constitución, asistieron a una charla en el Centro de Interpretación de Parlamentarismo sobre el papel de San Fernando en la Constitución de 1812.

Por cierto, en el habitáculo que se ha adecuado a sala de conferencias en el CIP existen reproducciones de distintos parlamentos, desde el que se formó en el Real Teatro de las Cortes en 1810 que es un grabado, hasta fotografías del Parlamento Europeo, del Congreso de los Diputados y del Parlamento de Andalucía.

En este último fijó la mirada el alcalde isleño, que fue parlamentario andaluz, y señaló al lugar donde estaba su escaño diciendo que esa foto se hizo “precisamente un día que no fui yo. Esa foto la cambio”.

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