El escenario en torno a la estabilidad financiera del Ayuntamiento ha dado un vuelco significativo, que el tiempo dirá si ha sido trascendental. En el Pleno de final de mes, equipo de Gobierno, Oposición y sindicatos acordaron dejar el Plan Financiero consistorial sobre la mesa, para abrir un turno de análisis, debate y apertura a la contribución de otras administraciones, con la participación de todas las partes implicadas. La aprobación en Pleno queda pospuesta para el 8 de febrero.
La propia alcaldesa, Ángeles Muñoz, celebró el hecho de que todos juntos vayan a buscar, supuestamente, alternativas a los recortes recogidos en el Plan.
En la oposición también estaban satisfechos con la consecución del acuerdo, pero con reservas. Al fin y al cabo, cuando la regidora presentó su proyecto económico el pasado lunes, había decidido ya llevarlo a Pleno para su aprobación sólo cuatro días después y no fue hasta la tarde del jueves y parte de la mañana del mismo día del Pleno, en que aceptó las exigencias de los sindicatos y dio 15 días de plazo.
El Plan Financiero queda pues pospuesto y abierto a la discusión entre Gobierno local, Oposición y Sindicatos, para estudiar alternativas y plantear soluciones que involucren también a otras administraciones.
El documento original, el planteado por Ángeles Muñoz, descarta el ERE, no así posibles despidos puntuales y comprende, entre otras medidas, una reducción del 7 por ciento en el salario de los trabajadores laborales, un 10 para los de confianza, la eliminación de sexenios para funcionarios, la redistribución de dependencias municipales, pero también una subida de impuestos que Ángeles Muñoz achaca al IPC, mientras la posición la cifra por encima de los 30 millones en los próximos dos año.
