Me he pasado la semana dando vueltas y aburrido en el patio de este bendito manicomio pensando sobre qué cosa escribir. La verdad es que, si quitas el increíble choriceo que abruma a este país y el permanente espanto con el que nos desayunamos cada mañana, te encuentras desnudo y sin encontrar palabras normales que sean capaces de describir la pura realidad. Y, si te dedicas a enumerar la cantidad de tunantes, pícaros, ladrones e impresentables que bajo el nombre de señores nos rodean por todas partes, el listado se hace interminable.
No sé qué loco me dijo que España es una olla con muchos boquetes, a la que por mucho agua que se le eche, nunca llegará a llenarse. O tapamos los agujeros o no hay manera. Pues bien, en lugar de taparlos, cada día aparecen nuevos personajes haciendo más boquetes y dejando que el agua se vaya como si tal cosa.
De pronto, repasando la prensa que llega a este manicomio a cuentagotas, me encontré la noticia. ¡La Isla en todas las portadas! ¡La Isla en nombre de todas las bocas y escritos! ¿Qué ha pasado en La Isla? Me he quedado con la boquita abierta, porque en La Isla casi nunca pasa nada que merezca la pena, y lo que pasa muchas veces es mejor que no pase. Si hay que buscar un sitio sin iniciativa y dormido en los laureles, ése es La Isla. Si te da por buscar un sitio que esté a la cabeza de gente apática y que vive solamente para verlas venir, ése es La Isla. Si buscas un sitio donde se pueda robar millones de euros y no se sepa nada del tema, ése es indudablemente La Isla.
Así que me he quedado de piedra y no me lo creo todavía. Un colegio, el de Camposoto, un niño de cinco años con parálisis cerebral, unas maestras, unos compañeros, un video…han sido suficientes para poner a la gente boca arriba. Pero no a la gente de aquí, sino a gente que vive a muchísimos kilómetros y que no saben ni siquiera dónde está La Isla. A estas alturas de la película no voy a contarles a ustedes la repercusión que ha tenido en este manicomio y fuera de él el caso de Antonio, al que todos llaman ya Superantonio.
Este loco no podía permanecer ajeno al tema, cuando más de medio mundo ha visto y sigue viendo el emocionante video de este niño que junto con sus compañeros han sido los auténticos protagonistas de las poquitas noticias felices que nos llegan a cuentagotas. Por eso, cuando coge uno la prensa y tiene que tragarse tantos robos, tantos políticos indecentes, tanta basura, tanto sinvergüenza…, la aparición en escena de Antonio supone una inyección de oxígeno, un viento fresco, un alto en el camino, una fe en las posibilidades de la humanidad y un ejemplo de vida.
Para el que no lo haya visto todavía, solamente tiene que entrar en Youtube y poner Superantonio. Esta noticia ha superado ya el medio millón de visitas y las que quedan ¡Para que luego digan que de La Isla solamente se puede esperar el levante! Uno, que lleva en este manicomio demasiado tiempo, llevaba más tiempo todavía sin emocionarse, hasta que ha podido contemplar las imágenes del video. Yo, a pesar de tener la cabeza como la tengo y quizás por eso mismo, quiero felicitar desde estas líneas a todos los que han hecho posible el milagro de enternecer a los que ya teníamos el corazón como las piedras viendo lo que vemos a diario.
Y además, animarlos a que sigan por ese camino que es el que merece la pena, teniendo en cuenta que la inocencia de los niños es la que hoy mantiene en muchos de los locos que habitamos este planeta un sentido de esperanza y de ilusión en el futuro. Gracias.