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Cádiz

Miguel Villanueva: “La gente viene para cantar en el Falla, no puede haber preselección”

El representantes de los autores tiene las ideas muy claras y se muestra muy tajante cuando se le pregunta si se debería hacer una prueba a los grupos antes de llegar al Falla. Para él el concurso es del pueblo y todo el mundo debe tener cabida.

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  • Miguel Villanueva -

Pasó el concurso y es hora de hacer balance. El presidente de la Asociación de Autores habla con este periódico sobre la situación de la entidad que dirige y sobre cómo ha visto el concurso.

—¿Cuál es la situación actual de la Asociación que dirige?
—Ahora mismo tenemos 393 asociados, más que nunca. En los últimos tres años se han incorporado más de 70 personas. Uno de los grandes retos que tenemos por delante es ir sumando a todos esos autores que vienen aunque sea una vez al Falla. A nivel económico tengo que decir que hemos reforzado muchísimo la asociación. Nuestro saldo a día de hoy ronda los 135.000 euros, y ese dinero es el que vamos utilizando para la organización de festivales y demás, porque hay que recordar que se trata de una organización sin ánimo de lucro. 

—¿Cuáles son vuestras fuentes de financiación?
—Nosotros nos nutrimos principalmente de festivales como Lo mejó de lo mejó o Me Río de Janeiro. Además, hacemos un control exhaustivo del gasto.


—La Asociación va teniendo cada vez más peso entre las instituciones....
—La asociación ha cambiado su imagen externa completamente en los últimos años. A día de hoy tenemos convenios de colaboración con el Ateneo, con la Universidad y unas estupendas relaciones con el Ayuntamiento. Nos tienen más en cuenta.

—¿Cómo se logra bregar con tanta gente distinta y con tantos autores, tiene que ser difícil?
—Si te digo la verdad, con mucha comodidad, porque estoy orgulloso como gaditano y presidente de los asociados que tenemos. La gente colabora en todos los sentidos y hacen el trabajo mucho más fácil. Somos con una gran familia.

—Este año se ha hablado mucho de la imagen nefasta de las colas para comprar una entrada para el COAC, ¿qué opina usted?
—Antes existía la reventa y eso sí que era realmente tercermundista, peligroso y mafioso. Paco Cárdenas, el anterior presidente de la Asociación de Autores, tuvo la valentía de enfrentarse a esto y eliminarlo. Para ello se empezaron a personalizar las entradas, que a lo mejor no es la fórmula perfecta, pero lo que está claro es que mejoraba lo anterior. Las entradas empezaron a salir por Internet, y también hubo quejas de los gaditanos porque consideraban que tenían que tener cierta ventaja sobre la gente de fuera a la hora de adquirir una entrada. Este año hemos hecho lo contrario, lo hemos puesto por taquilla y lo que ha sobrado, se ha venido por Internet. Cuál ha sido mi sorpresa que durante días hemos visto a gente acampada bajo la lluvia con unos plásticos. Pero es más, la mayoría de las personas que se han puesto en cola son de fuera de Cádiz. Sevilla su provincia compra más que los gaditanos, casi el doble que nosotros.

—¿Cómo ve que se hiciese una preselección previa al concurso?
—Esto es un concurso que por mucho que evolucione no puede perder las raíces, ni en la música, ni en el ritmo, ni en la intensidad de los tipos, ni en las características de los grupos. Este concurso es eminentemente popular, todo el mundo tiene que tener cabida. Creo que está muy bien estructurado, aunque corremos el riesgo de que algunas veces se nos cuelen algunos sapos. De todas formas, tengo que decir que esos sapos cada vez son menos. Casi todos los grupos vienen bien afinados y hace unos años hubieran pasado el primer corte de tacón. Lo que pasa es que el público exige cada vez más y ya es muy difícil sorprender. Llega un momento que todos los grupos cantan tan bien, que es muy difícil destacar y dar un pelotazo. Soy partidario de dejarlo todo tal y como está. Sólo habría que revisarlo si de repente se diera un salto cuantitativo en el número de grupos inscritos, pero mientras se mantenga como está pasando, me parece que introducir cambios es abrir un melón muy peligroso. No es el momento de cambiar nada. Las cosas hay que mejorarlas, no empeorarlas.

—¿Por qué cree que es abrir un melón peligroso?
—La gente que hace el esfuerzo de ensayar un repertorio y de venir es porque se siente atraída por el hecho de cantar en el Falla y que lo vea todo el mundo. No creo que a la gente le apetezca cantar en La Lechera, con todos mis respetos hacia esta sala. Los que vienen de fuera tienen asegurado salir en Onda Cádiz y cobrar unos 500 euros por derechos de autor, la parte correspondiente del convenio con Cajasol, salir todos los días en los medios con la repercusión que da eso de cara a conseguir contratos. El concurso actual es un escaparate muy bonito para todos los grupos. Este año tenemos 10.000 euros más para repartir entre los autores por los derechos de autor, y el año que viene 21.000 euros más. Con la que está cayendo, creo que no está mal.

—¿No le parece excesivo un mes de concurso?
—Son 25 días. Hacerlo en menos días supone configurar turnos de tarde-noche, y se hace muy pesado. Las sesiones de ahora son mucho más cómodas, porque son cortas, pero nos obliga a alargar el concurso.

—Los hosteleros proponen cambiar la final al jueves, como se hacía antes, ¿están por la labor?
—Eso tenía sentido cuando el sábado de Carnaval se hacía el baile en el Falla, algo que queremos recuperar. El concurso del Carnaval tiene que respetar a los seguidores y a los grupos, y por una lógica aplastante está mejor el viernes porque la gente puede ver la final entera y acostarse más tarde que si la celebrásemos el jueves. Nosotros escuchamos todas las opiniones, pero no podemos atener a un sector en detrimento de otro, cuando lo principal son las agrupaciones.

—¿Pero los hosteleros están situación de pedir?
—Veo bien que los hosteleros hagan esta propuesta, igual que ellos tienen que entender que si no es necesario no lo vamos a hacer, porque es el día que la gente tiene para ver la televisión hasta tarde, y no hay otro motivo que lo justifique.

—¿Cómo ha visto el nivel del concurso este año?
—Como todos los años y en algunos aspectos incluso mejor. En otras ediciones todo ha sido más o menos previsible, pero este año ha jugado mucho el factor sorpresa.

—Pero no ha habido pelotazos
—El pelotazo es algo que engaña. Cuando alguien despunta, la liga se descompensa, y cuando están todos los grupos al mismo nivel, la liga cobra interés. Lo vuelvo a repetir: sorprender a la gente cada vez es más difícil.

—¿La comparsa está ganando peso en detrimiento de la chirigota?
—Esto es cíclico, cambia cada año. Para hacer esta afirmación habría que esperar unos años y si esa tendencia se consolida sí podríamos hablar de ello. De momento es la experiencia de un año o dos, a lo sumo.

—¿Le da pena que se haya perdido la esencia familiar del sábado de Carnaval?
—El sábado de Carnaval tenía ambiente familiar hasta ciertas horas, lo que pasa es que desde que el Carnaval se promociona fuera de Cádiz el botellón que se forma esa noche ha ido a más. Desde mi punto de vista tampoco son acertado los sitios en los que se colocan los tablaos, son espacios demasiado abiertos que dan lugar botellones.

—¿Qué recomendación le hace a los lectores que quieran disfrutar del Carnaval de Cádiz en la calle?
—Decirles que el Carnaval es cada uno de ustedes. Si la gente no asume ese papel responsable y cívico, ya empezamos mal. Les invito a que vengan y a que disfruten de los espectáculos. Es un milagro que en Cádiz se quintuplique la población y no pase nada.

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