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Estudiantes 'antiBolonia' boicotean la inauguración del nuevo campus de la UPF

Los estudiantes antiBolonia boicotearon ayer la inauguración del nuevo campus de la comunicación de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), que presidía José Montilla, y se tuvo que realizar a toda prisa y en un ambiente de tensión debido a la actuación violenta de un grupo de jóvenes.

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Los estudiantes antiBolonia boicotearon ayer la inauguración del nuevo campus de la comunicación de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), que presidía José Montilla, y se tuvo que realizar a toda prisa y en un ambiente de tensión debido a la actuación violenta de un grupo de jóvenes. 

La comitiva oficial suspendió el recorrido previsto por las nuevas instalaciones universitarias de Barcelona y, tras unos parlamentos ante la prensa en una sala cerrada, abandonó el campus protegida por un cordón de seguridad. 

Tanto a la llegada de las autoridades como a la salida, un reducido grupo de estudiantes se comportó de manera violenta y algunos se lanzaron directamente contra la comitiva, lo que obligó a actuar a los responsables de seguridad que apartaron a estos jóvenes. 

Otros estudiantes que protestan contra el llamado Proceso de Bolonia, que debe llevar a la creación de un espacio único de educación superior en Europa, lanzaron consignas contra Bolonia, y también contra el rector de la UPF, Josep Joan Moreso, quien el pasado jueves pidió a los Mossos d’Esquadra que desalojaran la cafetería del campus donde se habían encerrado un grupo de jóvenes. 

El acto oficial de inauguración de las instalaciones universitarias debía realizarse en la plaza central, bautizada como Gutemberg, donde estaba previsto que el presidente de la Generalitat activase el mecanismo de control de la máquina elevadora que colocaría la última piedra del campus. 

Ante los incidentes, el acto de inauguración se redujo a una firma rápida en el libro de honor y a unos parlamentos frente a los medios de comunicación, sin presencia de la comunidad educativa y sin cava. 

Durante los parlamentos, tanto Montilla como el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, lametaron los incidentes, que atribuyeron a una minoría, y destacaron que el nuevo campus contribuirá a mejorar la calidad de la educación universitaria en Cataluña. 

Montilla recordó que el proyecto ha costado más de 70 millones de euros pagados “con los impuestos de los ciudadanos” con el objetivo de “formar profesionales” y garantizar una educación “de calidad.

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