La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), encargada de gestionar la central nuclear Fukushima-1, ha afirmado este sábado que el muro subterráneo construido para frenar el vertido de agua contaminada al mar es incapaz de frenar el flujo de agua radiactiva.
Ingenieros de la compañía comenzaron a edificar el muro para evitar el vertido, si bien se ha confirmado que el nivel de agua es superior a la altura máxima del mismo, según ha informado la cadena de televisión pública japonesa, NHK.
La principal alternativa es construir una especie de "muro helado" alrededor de Fukushima-1 que sea impermeable a los vertidos radiactivos y reforzarlo con una capa superficial para impedir que el agua de lluvia cale en el subsuelo.
Sin embargo, se trata de un proyecto muy complejo y costoso --unos 40.000 millones de yenes (unos 309 millones de euros)--, por lo que aún está en el aire, a la espera de que reciba el visto bueno de las autoridades locales, regionales y del Gobierno.
El miércoles, el Gobierno de Japón reveló que diariamente se vierten al océano Pacífico 300 toneladas de agua radiactiva desde la central nuclear, cantidad suficiente para llenar una piscina olímpica en una semana.
El Ministerio de Economía, Comercio e Industria explicó que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al Pacífico.
Las autoridades niponas aseguraron que las 700 toneladas restantes no están contaminadas. Aún así, de ellas, 300 consiguen llegar al océano, mientras que las otras 400 se acumulan en los sótanos de los reactores uno y cuatro.
Los problemas en Fukushima-1 se deben al terremoto y el tsunami que el 11 de marzo de 2011 arrasaron la costa de la prefectura japonesa, dando lugar al peor accidente nuclear de la historia, junto al de la central de Chernóbil, en Ucrania.
Fukushima-1 estaba preparada para un terremoto, ya que Japón se asienta sobre una falla, pero no para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.