En este miércoles día cuatro de Septiembre, en el que comienza a oler a otoño, sin dejar de ser verano, y probablemente estemos en las jornadas más dulces del estío a pesar de la levantera, en las que puede disfrutarse de un buen baño sin concentraciones, pasear por la playa sin aglomeraciones, y la luz es distinta, como más clara e intensa.
De nuevo nos reencontramos, a través de esta columna semanal del VIVA con nuestros lectores, tras un mes de descanso, aunque siempre nos quedó el FARO en su cita dominical. Estamos a las puertas del inicio del Curso Escolar y político, aunque el segundo no ha tenido vacaciones y ha estado lleno de sorpresas y sobresaltos, el primero si nos ha dado un respiro.
Sé que ustedes son gente inteligente, capaces de utilizar la información sin que se les indigeste ni intoxique, huyendo de iluminados y alucinados, que quieren construir una realidad a su antojo y piensan que lo que opinan ha de ser palabra de Dios y dogma.
Además que a pesar de formar parte del anonimato que trabaja diariamente por hacer de este país, España, de esta Comunidad Autónoma , Andalucía, y de esta ciudad, Algeciras, realidades mejores, no se vanaglorian de sus méritos y procuran ser humildes en sus comportamientos.
Entre naves y rumbos, nubes y fantasías, no se dejan llevar por la obcecación y procuran escuchar los argumentos de los demás, sin caer en el buenismo ni en el exceso de confianza, pero siendo lo suficientemente optimistas y positivos para sacar una enseñanza hasta en la peor de las situaciones.
Hay a quienes los clamores no les dejan oír las músicas de las gentes y ver los colores de las cosas, ni apreciar que la pureza está en la mezcla, que lo mortal es zafarse de las inercias y las adherencias, mostrando una actitud más abierta para encontrar en cada momento el camino más adecuado.
Durante el verano hemos asistido a una crónica de la confusión , a una estrategia de la distracción en distintos temas de la actualidad, para que no nos paremos a reflexionar y a distinguir lo accesorio de lo importante, para saber que no son lo mismo los duelos de honor que la decencia desde las diferencias.
Lamentablemente han sobrado palabras gruesas y han faltado soluciones eficaces, y en el asunto de Gibraltar, entre nacionalismos de uno y otro lado, resulta patético comprobar como muchos han hecho el ridículo en el decir y el hacer a ver quien era más español, y todo lo contrario es decir más anti , en una especie de vodevil entre los que bastardean la roja y gualda al viento y el señor Picardo, que en sus ínfulas de responsable de un mini Estado se le ha visto tuteándose con el Primer Ministro del Reino Unido, el señor Cameron, olvidándose con frecuencia que su Colonia.
Y nos parece muy bien, que el señor Landaluce alcalde de Algeciras y Vicepresidente de la Comisión de Exteriores del Congreso invite al jefe del ejecutivo británico a conocer nuestra, zona, de la misma manera que tiene nuestras simpatías la señora Araujo, alcaldesa de La Línea, en su reivindicación de procurar lo mejor para sus vecinos y reclamar que no soporten más colas innecesarias dentro del respeto a la ley y combatir el contrabando. Por cierto que dice a todo esto la Unión Europea no sabe, no contesta.
Lo que no podemos compartir es que los políticos de Madrid, del Gobierno y la Oposición, los tertulianos que todo lo saben, los analistas que reparten carnets de españolidad o de europeismo a través de sus palabras y manifestaciones, demuestren un gran desconocimiento de nuestra realidad , se dediquen a decirnos desde su atalaya de sabiduría de pega que es lo que tenemos que hacer y lo que debemos evitar, sin recordar lo que decía Leonardo Da Vinci “Quién de verdad sabe de que habla, no encuentra razones para levantar la voz”.