El tiempo en: Jaén
Publicidad Ai

Deportes

Rakitic, al rescate de Emery

No sólo el equipo, sino el propio Unai Emery comienza a tener autodependencia del croata, el ejecutor de las dos victorias ligueras

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • El salvador de Unai -

Rakitic al rescate, sería el titular más apropiado a proponer por Unai Emery ante los periodistas. Y sí, los “H” del croata, tal y como lo calificó el técnico tras el triunfo ante el Almería, son los elementos que han salvado de la hoguera al de Hondarribia hasta en dos ocasiones.

Es el mejor y más regular futbolista del plantel sevillista. Ya sea desde el doble pivote o desde la mediapunta, Rakitic reparte y anota como ningún otro jugador. De sus botas han nacido los dos únicos triunfos ligueros, incluso siendo inmerecidos. Pero la situación actual del croata se puede tornar en un arma de doble filo. Sí, con él sobre el terreno de juego las aspiraciones de triunfo son reales, pero cuidado, los minutos disputados comienzan a rebosar en su tabla de estadísticas. Ocho partidos de Liga, todos desde la titularidad y 720 minutos de fútbol. Excesivo trabajo para el que se ha convertido en el gran valedor de Emery. Quizás sin su presencia, el preparador vasco podría estar viviendo sus últimos instantes en el banquillo de los de Nervión.

La razón, muy simple. El equipo no sabe a que juega. Y lo que es peor, cuando los rivales tapian su único baluarte (la calidad de los bajitos) el míster no saca a relucir ningún ‘plan B’. El Sevilla anda mal, muy mal. Es una obviedad. Sólo Rakitic ha sido capaz de sacar petróleo en los momentos más inciertos.

Dos de sus cuatro tantos ligueros valieron tres puntos en la visita del Rayo al Pizjuán. Aquella tarde, los madrileños hicieron méritos para al menos sumar un punto, pero la calidad del croata desequilibró la contienda. Y el domingo, ante a los almerienses, el milagro de la diosa Fortuna se encarnó en el rubio de Unai. Su gol en el 92 aplacó a una grada que ya preparaba los pañuelos. Lo que está claro es que Rakitic no es el problema, sino la solución.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN