Es difícil imaginar un destino más remoto, de más extrema inaccesibilidad, más vinculado a la, a veces, insaciable necesidad del hombre por explorar nuevos horizontes, de sondear los límites de un mundo que, a escala universal puede parecer pequeño, pero que sigue encerrando lugares tan asombrosos y espectaculares como la Antártida. En un lugar tan inhóspito y alejado de todo, se encuentra destinado en estos momentos José Bermúdez Aguilera, un militar alcalaíno que hasta finales del próximo mes de febrero desarrollará labores logísticas en la XXVII Campaña Antártica que lleva a cabo el Ejército de Tierra.
Sin lugar a dudas, se trata de una de las experiencias más singulares que puede realizar un militar en nuestro país. La Campaña Antártica se desarrolla anualmente en la Base Antártica Española del Ejército de Tierra "Gabriel de Castilla", situada en la Isla Decepción (Archipiélago de las islas Shetland del Sur), a la que la expedición llegaba este miércoles, 8 de enero, “después de una travesía de cuatro interminables días para atravesar el Paso de Drake, con olas de hasta cuatro metros”, a pesar de encontrarnos en pleno verano austral, como explicaba el propio José Bermúdez en unas palabras compartidas a través de Facebook. La misión se extiende, también, a aquellos otros lugares del territorio antártico que se determinen, dentro del marco del apoyo del Ejército de Tierra al Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) y al Comité Polar Español (CPE) para el desarrollo de la investigación antártica.
Esta actividad del Ejército de Tierra se viene realizando desde el año 1988. La experiencia adquirida a lo largo de este período aconsejó la distribución de los cometidos a realizar entre el Estado Mayor del Ejército y la Fuerza Logística Operativa, ya que se trata de una permanente colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia y el Comité Polar Español donde el apoyo logístico es primordial.
Tal y como se explica desde el propio Ejército de Tierra “Nuestra misión en la Antártida tiene como finalidad proporcionar apoyos logísticos a la investigación científica en la base Gabriel de Castilla y realizar proyectos de investigación y experimentación de interés para el Ejército en las áreas de transmisiones, medio ambiente, sanidad, bromatología o vestuario y material de campamento”.
La concesión del premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2002 al Comité Científico para la Investigación en la Antártida, en el que están representados 32 países, supone un reconocimiento al conjunto de la investigación científica en la Antártida, el único continente virgen, libre de tensiones políticas y económicas, y dedicado a la ciencia.
La base Gabriel de Castilla de la isla Decepción “constituye una digna representación de España en este lejano continente y un símbolo de las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas para desempeñar misiones a gran distancia, en condiciones climatológicas extremas, y en cooperación con otros sectores muy diversos de la sociedad como los investigadores científicos y universidades de toda España”, concluye el Ejército de Tierra.
Esta vigesimoséptima edición de la Campaña Antártica estudiará los parásitos, la respuesta inmune y el estrés oxidativo de los pingüinos para ampliar los conocimientos de los efectos del cambio climático y vigilará la actividad volcánica y sísmica de la Isla Decepción.
El Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada se encargarán de realizar estas investigaciones mientras el Ejército de Tierra trabaja por su seguridad. Un docena de militares integran la dotación de la Base Antártica Española del Ejército de Tierra (BAE) 'Gabriel de Castilla'. El equipo liderado por el comandante Juan Navarro será el encargado de velar por la seguridad de los científicos que se desplacen a esta base española, así como de prestarles el apoyo logístico que precisen para desarrollar sus investigaciones.
Todos ellos tendrán que soportar temperaturas de hasta 19 grados bajo cero, vientos que pueden alcanzar los 120 kilómetros por hora y el riesgo de convivir junto a un volcán activo en esta 27ª edición de la Campaña organizada por el Ministerio de Defensa, en colaboración con el Ministerio de Economía y Competitividad. Para ello, se han adiestrado minuciosamente para hacer frente a las condiciones climáticas más extremas.
En el grupo hay especialistas en comunicaciones por satélite, mantenimiento, navegación, alimentación, medio ambiente, movilidad en nieve o medicina. En cuanto a los proyectos militares que se desarrollarán en esta Campaña Antártica, se instalará un sistema de transmisión de datos remoto que permitirá que, cuando la base permanezca cerrada, el Ejército conozca las condiciones a las que se enfrentan las instalaciones y la isla y con ello se favorecerá la preparación de la campaña y las condiciones de seguridad para las próximas ediciones.
Además, se tratará de explotar el uso de la llamada banda ka del satélite Spainsat, lo que permitirá, en caso de éxito, exportarlo a otras zonas de operaciones en las que España está desplegada, mejorando así las comunicaciones de las unidades expedicionarias.
José Bermúdez, este militar que, según dicen, tenía desde pequeño el sueño de viajar hasta la Antártida, cumple así su aspiración de formar parte de esta bella misión hasta finales del próximo mes de febrero. Tras haber permanecido en este punto situado mil kilómetros al sur de la ciudad más meridional del mundo, Ushuaia, situada, a su vez, más de 12.000 kilómetros de Madrid, concluirá la que, a buen seguro, será una de esas experiencias que quedan marcadas para siempre.