Al igual que exclama su madre, Carmina Barrios, en la película que cierra el díptico que le ha dedicado su hijo, lo que dice Paco León "se convierte en verdad", y ayer demostró que se puede ganar a Spiderman y a los habitantes de "Pompeya" sin más arma que el carisma, la confianza y la cercanía.
León llegó ayer en el ecuador de su gira "Paco on Tour" a los Cines El Tablero de Córdoba de forma un tanto tétrica, dentro de un ataúd, una broma muy en sintonía con la película que presentaba, "Carmina y Amén", su segundo film como director, y su nuevo asalto a la industria cinematográfica y sus formas de distribución.
Los más críticos podrían haber visto en este ataúd un claro simbolismo de una industria que se agarra a los medios tradicionales de distribución a la espera de la "película de la temporada", que este año es "Ocho apellidos vascos", mientras otros, como Paco León, inventan formas nuevas de llegar al espectador, como pases gratuitos, y sin que la taquilla le de la espalda.
De hecho, cuando por fin salió del féretro -ante los gritos de medio millar de personas que lo aclamaban-, el actor y director dio los números de su "Carmina", que una semana después de su estreno es la tercera película en el ránking de recaudación general y la segunda en porcentaje de espectadores por copia.
En concreto, más de 150.000 personas han sido testigos en apenas una semana de las hazañas de Carmina Barrios, esa mujer de raza que, para cobrar la paga extra que tenía pendiente su marido, oculta el fallecimiento de éste durante un par de días, mientras lidia con el curioso microcosmos vecinal y familiar sobre el que reina, y que es un reflejo del ambiente en que se crió el director de la película.
En declaraciones a Efe, León explica que al final la apuesta de regalar 50.000 entradas y confiar en el "boca-oreja" le ha salido bien. Tan bien que hoy acababa de saber que, una semana después del estreno, en lugar de perder fuelle, "Carmina y Amén" ha subido un 17 por ciento, y en número de espectadores por copia ha vencido a películas como "Noe", "Spiderman 2" y "Pompeya".
"La demanda ha sido tan alta que las 80 salas en las que esperábamos salir se han convertido en unas 180, porque hemos ampliado en 37 el número de cines a petición popular", ha añadido el director, inmerso en una gira de presentación del film, que le está llevando por ciudades como Barcelona, Valencia y Córdoba, antes de concluirla hoy en Málaga y mañana en Sevilla.
Sobre esta gira, señala que se trata de huir de lo típico y dar "un poco de rocanrol" al espectador, y destaca el recibimiento que tuvo ayer en Córdoba.
"Hostia, qué de gente", fue su primera impresión al ver al medio millar de personas que lo esperaban, una multitud que le hizo sentirse como "Mick Jagger", siguiendo su analogía "rockera".
A dos de sus seguidores los subió al féretro. A uno, el ganador del sorteo de las entradas, José Luis, llegó a meterlo dentro y le regaló una "selfie", mientras que a Raquel, le pidió que hiciera un "striptease" al ritmo de "You can leave your hat on" de Joe Cocker, que quedó finalmente en broma, y en el regalo de una botella de vino sacada especialmente por la película.
A pesar de lo tétrico del montaje ("cuánto más en contacto estés con la muerte, más disfrutas de la vida", llegó a decir), León fue todo lo contrario, un torbellino que se acercó al público para hacerse fotos con todos los que entraron en la pantalla de su móvil, y que se despidió animando a todo el mundo a quererse mucho y a acostarse "los unos con los otros".
Tras ello, se metió en el féretro y dos hombres de negro impoluto se lo llevaron mientras el público entraba en sala para ver "Carmina y Amén", un film que, por otras vías, sigue sumando espectadores.