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sociedad

El 35,6% de los españoles respira aire contaminado, que provoca 20.000 muertos al año, 12 veces más que el tráfico

La organización subraya que respirar aire limpio y sin riesgos para la salud es un \"derecho inalienable de todo ser humano\" y recuerda que está \"sobradamente\" demostrado que la contaminación atmosférica causa daños a la salud de los ciudadanos y al medio ambiente

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Un total de 16,76 millones de personas, el 35,6 por ciento de la población española respira aire contaminado o que no cumple los valores límite y objetivo establecidos por la normativa española y europea. Esto supone que uno de cada tres españoles respira aire que incumple los estándares, según el informe 'La calidad del aire en el Estado español 2013', presentado este miércoles por Ecologistas en Acción.

   Así, la organización subraya que respirar aire limpio y sin riesgos para la salud es un "derecho inalienable de todo ser humano" y recuerda que está "sobradamente" demostrado que la contaminación atmosférica causa daños a la salud de los ciudadanos y al medio ambiente.

   Además, si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud, más estrictos que los límites legales, la población que respira aire contaminado en España llegaría hasta los 44,85 millones de personas, es decir, el 95,2% de la población, lo que significa que 9 de cada 10 personas respiran un aire con niveles de contaminación superiores a los recomendados por la OMS.

   En cuanto a las muertes provocadas por este problema, Ecologistas en Acción señala que la contaminación del aire provoca 20.000 muertes prematuras en España al año, lo que representa 12 veces más que los accidentes de tráfico. El problema supone un coste anual de entre el 1,7 y el 4,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).

   El estudio expone que se trata de un problema de magnitud planetaria porque los contaminantes pueden viajar largas distancias y que el origen del problema en las ciudades, sobre todo se deba al tráfico rodado y también, aunque en menor medida, por las calefacciones y por el tráfico marítimo y aéreo. En determinadas regiones puede también resultar relevante el problema causado por determinadas industrias, centrales energéticas (térmicas y de ciclo combinado), refinerías e incineradoras; sin olvidar el aporte causado por algunas fuentes naturales de cierta importancia.

   En concreto, los contaminantes más problemáticos en España en 2013 han sido las partículas en suspensión (PM10 y PM5), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono troposférico (O3) y el dióxido de azufre (SO2). El estudio también evalúa otros contaminantes como el monóxido de carbono, el benceno, los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y los metales pesados (arsénico, cadmio, níquel y plomo).

EL TRÁFICO, LA BESTIA NEGRA DEL AIRE

   En las zonas urbanas la principal fuente de contaminación es el tráfico rodado y las fuentes industriales, mientras que en áreas suburbanas y rurales el problema se debe a las transformaciones químicas de los contaminantes originales emitidos por el tráfico urbano y las industrias para formar otros secundarios como el ozono, de manera que hoy en día no hay apenas territorios libres de contaminación atmosférica.

   El documento refleja que en 2013 se mantiene la tendencia de "cierta reducción de los niveles de contaminación para varios contaminantes" respecto a los valores de 2008 y años anteriores. Sin embargo, la organización estima que esto se debe a razones coyunturales más que a la aplicación de medidas orientadas a solucionar el problema de la calidad del aire en España.

   Esto se debe, según el estudio, a una notable reducción de la movilidad motorizada, así como de la actividad industrial, motivadas por la crisis económica; ciertos cambios en el parque automovilístico hacia vehículos más pequeños y eficientes (y, por tanto, menos contaminadores); y el desplazamiento de la generación eléctrica en centrales de carbón y petróleo por la procedente de energías renovables como la eólica y la solar.

   Respecto a las áreas más afectadas por los excesivos niveles de partículas, NO2 y SO2 Ecologistas en Acción destaca a Barcelona, La Coruña, Gijón, Granada, León, Murcia, Madrid, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y Valencia, en algunas zonas industriales como la Bahía de Algeciras (Andalucía), Huelva, el Valle de Escombreras (Murcia), Puertollano (Castilla-La Mancha) o Torrelavega (Cantabria), y en el entorno de las grandes centrales termoeléctricas de Asturias, Galicia y León.

   Ecologistas en Acción recuerda que la Comisión Europea inició un procedimiento de infracción contra España en enero de 2009 que próximamente llegará al Tribunal de Justicia Europeo. En este sentido, critica que las instituciones no proporcionan a los ciudadanos una información "ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema".

   Igualmente, critica que los planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir esta contaminación, obligatorios según la legislación vigente, "en muchos casos no existen, y en otros apenas si tienen efectividad por falta de la voluntad política de acometer medidas estructurales".

   Otras veces, los cambios políticos suponen retrocesos en medidas que ya se habían puesto en marcha y que se han demostrado eficaces. De hecho, considera que el Plan Aire del Gobierno "no es más que un documento de buenas intenciones, sin rango legal ni mecanismos eficaces, ni financiación, para que las comunidades autónomas y municipios adopten las medidas necesarias para reducir los niveles de contaminación.

   El informe incluye una batería de propuestas para reducir la contaminación del aire que pasan por la reducción del tráfico motorizado en las áreas metropolitanas, disminuyendo la necesidad de movilidad con un urbanismo de proximidad y potenciando en las ciudades el transporte público (en especial el eléctrico) y los medios no motorizados como la bicicleta o el tránsito peatonal o desincentivar el uso de las carreteras, limitando la construcción de autovías y autopistas y reducir los límites máximos de velocidad de 120 a 90 kilómetros por hora.

   Finalmente, aboga por lograr una "reconversión ecológica" del transporte interurbano desde la carretera a un ferrocarril convencional mejorado y socialmente accesible; la recuperación de los estímulos para la generación eléctrica renovable, en sustitución de las centrales termoeléctricas a partir de combustibles fósiles; y la adopción generalizada de las mejores tecnologías industriales disponibles para la reducción de la contaminación.

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