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Provincia de Granada

Condenan a 18 meses de prisión a dos policías locales por agredir a un padre y sus dos hijos

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a un año y medio de prisión y multa de 300 euros a dos agentes de la Policía Local de Granada que fueron enjuiciados por agredir a un padre y sus dos hijos en el entorno de Plaza Nueva

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La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a un año y medio de prisión y multa de 300 euros a dos agentes de la Policía Local de Granada que fueron enjuiciados por agredir a un padre y sus dos hijos en el entorno de Plaza Nueva, en pleno centro de la ciudad, causándole lesiones de diversa consideración.

   El tribunal condena a cada uno de ellos a dos delitos de lesiones, con la atenuante de dilaciones indebidas --ya que los hechos se remontan a 2008-- y una falta de lesiones, por los que, además de la pena de cárcel, les impone inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión de policía local de Granada. También les ordena el pago solidario de una indemnización de 6.090 euros al más perjudicado, y de 350 y 175 euros a los otros dos, cantidades del que es responsable subsidiario el Ayuntamiento de Granada.

   Según consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan al día 24 de febrero de 2008, cuando, sobre las 4,20 horas, los agentes, que se encontraban el ejercicio de sus funciones, acudieron a la Plaza de la Sillería de Granada al ser alertados por unos transeúntes de que se estaba produciendo en el lugar un altercado.

   Al llegar observaron cómo se producía un enfrentamiento entre un número indeterminado de personas de raza negra y otros de raza blanca. De pronto, y al observar la presencia de los agentes, el grupo de personas de raza negra huyó del lugar, donde sin embargo se quedaron los de raza blanca, un padre y sus dos hijos. Así, y "sin que conste el motivo concreto", los agentes utilizaron la porra reglamentaria y golpearon a estas tres personas, que huyeron hasta refugiarse en el cercano bar Lisboa, de su propiedad.

    El primero tuvo herida inciso-contusa en la cabeza, hematomas y contusiones lineales en región lumbar y zona abdominal o contusión renal. Su hijo de 23 años tuvo también herida inciso contusa en cuero cabelludo, hematomas y contusiones; y el otro joven, de 22, sufrió policontusiones y distensión de muñeca.

   Durante la primera sesión del juicio, los dos agentes de la Policía Local de Granada, para los que la Fiscalía reclamaba una condena de tres años de prisión y multa de 1.200 euros por dos delitos y una falta de lesiones, negaron sin embargo que los golpearan con sus defensas y explicaron que simplemente mediaron en una pelea en la que participaban.

   Según indicaron, el día de los hechos se encontraban patrullando por la zona de Plaza Nueva, en el centro de Granada, cuando una pareja les requirió porque se estaba produciendo una pelea multitudinaria en la Plaza de la Sillería. Una vez allí comprobaron que había alrededor de una decena de ciudadanos de raza negra y tres de raza blanca implicados en una "fuerte pelea" en la que mediaban todo tipo de golpes.

   Los dos policías, según señalaron, les pidieron que cesaran su actividad, y el caso es que así lo hicieron, pero el grupo minoritario siguió profiriendo amenazas racistas e insultos xenófobos contra los otros ciudadanos, y la acometida volvió a reiniciarse. Fue entonces cuando pidieron refuerzo policial, y, al oírse las sirenas policiales, los ciudadanos de raza negra huyeron de allí. Sí se quedaron los otros tres, a los que pidieron que se identificaran. Éstos, sin embargo, se negaron, reprochando a los policías, según afirmaron estos agentes, que no "echaran a los negros de España".

   Después, se introdujeron en el interior de la cafetería Lisboa, cercana a los hechos, y allí se quedaron hasta que los agentes se marcharon, considerando que podían ser identificados con facilidad ya que tendrían algo que ver con el local. Los agentes negaron que golpearan en algún momento a aquellos tres individuos, y han afirmado que sólo usaron sus defensas para intentar separar a los implicados en la pelea, pero simplemente empujando.

   Sin embargo, el principal agredido, el padre, ofreció un relato totalmente opuesto al de los agentes y explicó que efectivamente él y sus dos hijos se encontraron en un callejón con ciudadanos de raza negra, y que estos empezaron a insultarlos.

   Él se puso nervioso porque llevaba en el bolsillo la recaudación del día, y empezó a retroceder hacia atrás y vio "el cielo abierto" cuando se personó en el lugar la Policía Local. Sin embargo, y sin pedirles documentación "ni mediar palabra" los dos agentes la emprendieron a golpes con sus defensas contra los tres, lo que les llevó a huir a su cafetería, desde donde avisaron a la Policía Nacional.

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